UNA NOCHE COMO ESA [SHONEN-AI ORIGINAL] (DRABBLE)

"¿Recuerdas aquella noche de blanca luna y cielo de ornamentos de plata?
Sí, esa noche en que juramos ante los astros que ni la más distante lejanía se interpondría entre nosotros, ni siquiera el mismo aire abriría brecha fracturando los frutos de una amistad duradera. Enlanzando nuestros meñiques cual promesa de infantes, en compañía de una eterna y dolorosa despedida te vi partir lentamente, reteniendo el llanto hasta tornarse difusa tu silueta en la oscura selva de concreto.

¿Cuanto habría de transcurrir para que agonizante espera finalizara? Los días se volvieron incontables con los dedos de mis manos. Sentado frente a la ventana al morir cada atardecer aguardaba por un milagro llamado "tú"... Sin embargo no sucedió; las hojas secas cayeron, un puro y frío velo pálido bañó la ciudad, las flores en botón se veían deseosas por despertar, el sol brindó cataratas de calor y luz radiante. Las estaciones maduraron  y con ello ya no quedaba rastro alguno de ti, de tu presencia, de tu esencia, de todo eso que inconscientemente dejó a rienda tuya un pedazo de mi ser, de mi alma, de mi débil corazón que latía tan solo por ti, por tu recuerdo.

Pero ese periodo de tristezas y memorias borrosas se expuso de su umbral hacia un punto deslumbrante, casi enceguecedor. Tu bella sonrisa se dibujó frente a mi como un sueño, aunque se trataba de una realidad alcanzada al cabo de los años, una dulce realidad, tanto que paulatinamente comenzó a saberse amarga. Y es que yo no era el motivo por el que sonreías; otro hombre daba color a tu existencia, otro hombre era a quien amabas, a quien besabas, a quien le jurabas fidelidad, escuchando en ese instante mi corazón quebrarse en mil pedazos y ahogarme en rabia. Pero por ti fingí una dicha inexistente, por el ser más precioso y bendito renuncié a mi felicidad otorgándotela.

"Sería menos lastimoso si el sendero por el que caminábamos se hubiese partido en dos, tal y como lo hicieron mis ilusiones" Me repetía entre almohadas cuando el príncipe nocturno, testigo de nuestra promesa sin sentido, tomaba posesión del plano elevado. ¿De qué servía permanecer a tu lado si no te tenía para mi? Así como una vez te fuiste, era mi turno de partir.
Con una perfecta sincronía, al arribar la sentencia de una amistad culminada, tropecé con tu andar,  envolviéndome una mirada desconcertada fui receptor de tu inocente voz, pero por cobardía me negaba a pronunciar que la causa de mi decisión fue tu indiferencia, tu desinterés, tu falta de amor por quien se proclamó tu mejor amigo. Si bien exigiste explicaciones, ordené a mis frases callar, reanudar mis pisadas y no volver atrás... Y aún así mi devoción a tu persona rebasó al orgullo, encarándote quizá por ultima vez concreté un cometido que jamás imaginé; acariciando tu rostro atiné a probar tus rojos y dulces labios , aquellos que con su simple toque embriagaban cada célula de mi cuerpo. Por un segundo creí que me odiarías, en cambio tus mejillas sonrojadas y tu boca respondiendo a mi descontrolada faena indicaron un significado contrario.
 

Jugabas con mis sentimientos sin dudar, fue lo primero que formulé, siendo barrido por el viento ante gran confesión que viajó por tu garganta: "Él fue mi pareja, pero inmediatamente regresé lo cosechado lo dejamos marchitar, al ser tú lo primero en detectar fue inevitable no caer de nueva cuenta en tu hechizo y notar que me enamoré por segunda ocasión de con quien hice un juramento bajo el cobijo de las estrellas".

Abriéndose mis ojos de par en par rogaba por que no fuese una falacia, disolviéndose las dudas al dejarte acoger por mis brazos y distinguir traspasando tu piel la potencia de tus latidos, sí, latidos que vibraban exclusivamente por mi..."

- ¿Qué haces?- curioso arrebataste el papel en mis manos ensanchando una amplia sonrisa- ¿Leyendo tus memorias por milésima ocasión?

- Sí, hoy hace un lustro que este diario cerró un capítulo

- Y precisamente por eso es que deberías olvidarlo. Bueno o malo, el pasado ya es una vida terminada- en diminutos pedazos rompiste las tristezas del viejo yo, quitándome un pesada carga de encima- Lo importante es el presente, uno conformado por ti y por mi, tal y como lo planeado previo a la despedida que nos devolvería un respiro sucedido el tiempo

Con mis fantasmas extintos entrelazamos nuestros dedos y a la señal de un exquisito beso impregnado de un sabor propio, contemplamos y disfrutamos de la blanca luna y el cielo con ornamentos de plata...

... Igual que en una noche como esa...