BROTHERHOOD, LOVE AND HATE - CAPÍTULO 33.5

Con una sonrisa aún más grande besó mi comisura izquierda y siendo guiada por él nos dirigimos a la alcoba disponible para nosotros

- deberíamos aguardar, no falta mucho para que...

H- confía en mí, la ceremonia no se hará hoy, sólo fue una excusa para mi reaparición ante tí

- pues fue algo muy bien planeado y... ¿Nao? ¿qué haces aquí?- pregunté cuando al abrir la puerta de la recámara encontré al mencionado

N- me encargué de cuidar a sus hijas mientras que Hyde resolvía cierto asunto, y por lo visto ya sucedió

- ¿tú lo sabías?

N- no sólo yo, todos los de la corte y Akai, sin contar a mi tía pero ahora no importa. Será mejor que los deje en privado para su reencuentro, y por cierto Hyde, tienes una chica maravillosa, de buenos y sinceros sentimientos y que te ama como ninguna otra persona, si yo fuera tu no la soltaría por nada aunque eso sí, si llegas a desaprovecharla ten cuidado que estoy dispuesto a robártela- con una risa guiñó y le dio una palmada en la espalda para luego retirarse

- no hagamos mucho ruido, las niñas duermen

Afirmando, en un pestañear nos recargamos en el cómodo lecho otorgándonos suaves muestras de afecto; en lo personal me sentía como una colegiala enamorada, en las nubes con ese ángel disfrazado de demonio. Rodeados de conmociones, romanticismo e ilusiones con apariencia efímera pero que no lo eran, caí hipnotizada por sus labios llenos de ambrosía y con miles de promesas fabricadas nos dispusimos a entregarnos sin reservas. Paulatinamente me empujó para recostarme teniéndolo encima, complaciéndome se dirigió a mi cuello estremeciéndome con delicados toques a la vez que recorría una de mis piernas por sobre mi vestido

- ¿estás dispuesto? porque tiene meses que no lo hacemos

H- sé por dónde vas, sólo relájate que yo me encargo del resto

Siendo creyente a sus palabras me destensé permitiéndole continuar, con suma lentitud y deleitándonos con el fino tacto de la piel del contrario fuimos retirando la mayoría de nuestra vestimenta; apenas iniciábamos y su forma traviesa ya había alterado mi ritmo cardiaco cuando su ávida lengua se movió serpentinamente en mi oreja, daba mordiditas en mi lóbulo y para acompañar me acariciaba con la yema de sus dedos

- a-amor... detente

H- ¿no te gusta?

- s-sí, pero m-mejor... ven aquí- atrayéndolo por la barbilla nos volvimos a abocar intercambiando puestos, rindiéndonos a la tentación nos adentramos a la cavidad opuesta haciendo que nuestras lenguas se enredaran entre sí y danzaran de una boca a otra ocasionando que delgados hilos de saliva resbalaran por nuestras comisuras y nos mantuvieran unidos si nos separábamos para tomar aire. Sin descuidarme ni un instante, mis jadeos no cesaban siendo el deleite y alimento a sus oídos para no detenerse, a cada roce, a cada beso dado me sentía quemarme por dentro y más por todos esos meses en los que la abstinencia era un recurso obligatorio pues con los síntomas del embarazo era imposible entregarnos sin interrupciones. Con su rutina puesta en marcha repitió algunos pasos tal y como cuando la exquisita vez de nuestro aniversario; se desvió a mis piernas besando el interior de mis muslos y el dobles de mis rodillas, al ir ascendiendo atacó mi abdomen, pecho y hombros provocando que me revolviera debajo de él en constantes espasmos de placer y emitiera sonidos guturales, aunque no podía verlo estaba cien por ciento segura de que mis mejillas se habían encendido en un rojo furioso.

Evitando enloquecer antes de la cuenta, profundizamos un poco más la búsqueda de placeres, mientras me entretenía jugueteando con mis dedos en su pecho y en sus abdominales, él con sus labios se impregnó en mi piel causándome cosquilleos

- c-cariño, ya no... aguanto, t-te necesito

H- todo a su paso, aunque por esta vez te haré caso- con una sonrisa perversa y ojos hambrientos iguales a los de un bestia al encontrar a su presa, se sentó a mi derecha y cogió mi mano en lo que quitaba algunos cabellos adheridos a mi frente por la transpiración asegurándolos por detrás de mi oreja- mi deliciosa vampiresa ¿estás lista?- preguntó seductoramente llevándose mi mano a la boca para morder y lamer uno a uno mis dedos, el verlo en esa imagen me hizo desear con más ansias el que su cuerpo fuera poseedor del mío. Deshaciéndonos de la tela sobrante, me ayudó a acostarme en una pose cómoda para luego sostener firmemente mis piernas a sus costados y sin previa preparación se deslizó dentro de mí

H- r-relájate- trató de calmarme cuando protesté por el dolor de su intromisión, permaneció estático para que me fuese acostumbrando pero pocos segundos bastaron para que mi cadera reclamara contacto con la suya, acoplándose a mis movimientos nuestros quejiditos no tardaron en llenar la habitación al punto en el que portándonos egoístas no nos importó que algún pasante, así fuera la servidumbre, los superiores o mi padre, nos escuchase. Sumergidos en esa faena de pasión sentíamos derretirnos y yo partirme en dos en ese intercambio mutuo de amor... porque precisamente eso, no se trataba sólo de lujuria y deseo carnal, estábamos haciendo el amor una vez más a la par que uníamos nuestras almas en ese acto sagrado. En un intento por elevarnos a una zona desconocida del nirvana, soltó mis extremidades y en su lugar se abrazó de mi cintura para erguirme y sentarme sobre él; el cambio de posición nos hizo gritar debido a que con ello sus estocadas se volvieron más profundas al igual que el choque entre nuestras sexualidades.

Con la visión borrosa, nuestras voces un tanto agotadas y mil gotas de sudor rodando por nuestras anatomías no faltaba mucho para abordar la meta fijada

- y-ya no... puedo, no lo ahh... sop-portaré mas

H- v-vayamos juntos... al p-paraíso

- te... amo Hyde

H- y y-yo a... mhh ti

Juntamos nuestros labios saboreando ese glorioso momento, con una última embestida una corriente nos atravesó y al son de un gemido su dulce semilla cubrió mis adentros, con la respiración agitada nos tiramos en el colchón para que al cabo de unos instantes abandonara mis paredes internas. Cerrando con broche de oro esa conquista ganada e imitando su faceta inocente y seductora empapé mis dedos con su esencia fresca y sin más comencé a lamer es residuos; Hyde rió y uniéndose a mi juego embadurnó en mis labios el líquido blanquecino para a continuación limpiarlos con su lengua y en un beso final mezclar nuestros sabores.

Como todo sueño efímero el de nosotros también terminó gracias a que dos vocecitas cayendo en llanto nos arrojaron de vuelta a la realidad, poniéndonos la ropa interior acudimos a serenar a esos retoñitos

- creo que nuestros gritos las despertaron

H- y eso que no íbamos a hacer tanto ruido

Divertidos, cada uno cargó a una de las niñas arrullándolas, por un rato nos miraron con ojitos somnolientos mientras chupaban su manita o entre sus puños apresaban una parte de la tela de lo que vestíamos, posteriormente a que su llanto acabó se vencieron y sigilosamente las reubicamos en su cuna

- en verdad que son hermosas

H- por supuesto, fueron el fruto del amor que nos tenemos, no puedo pedir más, el que hayan nacido de ti me hace muy feliz

- (sonrío) deberíamos seguir su ejemplo, no doy para más

H- ¿enserio estás cansada?- me cargó con dirección a la cama

- ¿tú no?

H- no, incluso aguantaría otra ronda

- pervertido, parece que regresaste con tu libido elevado

H- y no sólo con mi libido, si no con más ganas de amarte como nunca lo hice, a ti y a nuestras hijas, lo demás era broma, estoy satisfecho

- en ese caso descansemos- recargué mi cabeza en su pecho y enredamos nuestras piernas- Hyde, gracias por haber vuelto

H- no hay de que cielo... no hay de que...