7 de julio de 2015

THE GHOST IN MY ROOM- CAPÍTULO 6

NOTA: No es obligatorio, pero les aconsejo que en la parte que dice "Dándome la señal..." (estará señalado con un número 1 pequeño también por si acaso) escuchen la pista "The Cape of Storms -Guitar ver-" para amenizar la lectura (e inclusive si gustan pueden detener la lectura luego de la frase mencionada para oirla completa y más tranquilamente, al fin que no dura mucho).
Si quieren realizarlo y no tienen/no encuentran la canción, se las dejo en el siguiente enlace.

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- Ahh, eso no es bueno...- me quejé al ver el resultado de mi prueba; en la mayoría de las materias que la conformaron obtuve un porcentaje mayor al 80% salvo en una, en las tan odiadas y complicadas matemáticas

O- Como ves no estuviste en absoluto mal para haberte apartado de los conocimientos por unos meses a causa del incidente del que tu madre me contó, aunque para esa excepción habrás de hacer algo al respecto. Usualmente un profesor es quien imparte la regularización, pero hace poco nos quedamos cortos de personal así que tendrás que ponerte al corriente por vías externas

- Está bien, buscaré a alguien de apoyo lo más pronto posible

Con una ligera reverencia salí de la sala de maestros, donde se encontraba el "consejero" y tutor correspondiente a mi grupo, y me dirigí al aula de mi hora inicial.
Pesadamente y soltando un suspiro me dejé caer en mi asiento al fondo del salón

- *¿A quién recurriré? No conozco a nadie y no tengo el placer de hacerlo... Y pedir un profesor particular saldría bastante caro...*

Aguardando a que se me ocurriese una solución a ese problema, entró un hombre trajeado y de lentes; me suponía yo que era mi maestro. Luego de ponernos de pie para ofrecer un cordial saludo, extrajo de su mochila el material a emplearse en la clase, fue cuando me percaté de que justamente se trataba del titular encargado de una de mis tantas pesadillas escolares, esa materia con la que tenía conflicto desde siempre.

En lo que anotaba un par de ejercicios en el pizarrón, desvié la mirada hacia afuera pudiendo contemplar el patio vacío. Sin nada interesante en que enfocarme regresé la vista hacia el frente, pero...

- *Que demo... ¿Adam?*- de golpe obtuvo mi atención al distinguirlo en el centro del área descubierta, con un ademán continuo me indicó que bajara y lo acompañara, negando yo con un movimiento de manos que desconcertó a unos cuantos a mi lado. Ante su insistencia y para evitar una reprimenda por distraerme en exceso, no me quedó más opción que hacerle caso- Disculpe- me levanté de mi asiento

O- Diga

- Me siento un poco mal ¿Me permitiría ir a la enfermería?- mentí dibujando el gesto de malestar más creíble que poseía

O- Adelante ¿Quiere que alguien la acompañe?

- No es necesario, estaré bien

Fingiendo un agudo dolor estomacal me retiré, estando a unos metros de la puerta eché a correr hacia el patio pero para mi desgracia había desaparecido ¿A qué estaba jugando ese chico? Mirando a mi alrededor lo vi de nueva cuenta, esta vez frente a las escaleras de un edificio distinto del que procedía, subiendo las mismas lo seguí hasta el último piso y de ahí nos introdujimos a una de las bodegas de mantenimiento

- ¿Qué intentas probar? Si nos descubren estaremos en problemas

A- Relájate, nadie entra aquí hasta después de clases, no hay de que preocuparse

- Que conste... ¿Y cuál es al asunto? Mira que para sacarme de la lección que más se me dificulta...

A- Simplemente quería verte, por lo que recuerdo de tu horario hoy no tienes libre, y ya que ésta es la única mía ¿Por qué no?- logramos conversar normalmente, como si lo acontecido anteriormente no hubiese influido en nada o si quiera hubiera ocurrido- Por que más se te dificulta adivino, tiene que ver con números y fórmulas...

- Exacto ¿Cómo lo supiste?

A- Los resultados en las listas

- Oh, cierto. La cuestión es que me obligaron a tomar clases extra y no es como si eso me entusiasme, y aparte no tengo quien me asesore

A- Yo podría ayudarte, y lo haría sin cobrar

- ¿En serio?

A- Sí, tengo tiempo, además eso se me da a la perfección, no tengo inconvenientes

- Uf, me librarías de un gran apuro- estuve a punto de abrazarle como agradecimiento, pero retrocedí al recordar su reacción al tomarlo de la mano; si así fue por un contacto menor no quería imaginar lo que pasaría por uno mayor- Y bien ¿Cuándo comenzaríamos?

A- Esta misma tarde si tú quieres... Solamente debemos hallar un espacio de estudio

- ¿Qué tal la biblioteca? ¿O mejor tu casa? A decir verdad no he tenido el honor de conocer a tu madre por...

A- ¡No!- contestó exaltado- Es decir, no son buena opción. La biblioteca siempre está llena y aunque se supone es un sitio silencioso, en realidad no lo es... Y mi casa... Mi madre está fuera de la ciudad y no le agrada que lleve visitas en su ausencia, tiene sus propias reglas y esa es una de ellas, ya la conocerás después

- Es una lástima... Si no hay más remedio tendrá que ser en mi casa, aunque no me convence del todo porque si mamá viene y te ve conmigo...

A- Habremos de permanecer alertas para cuando se aproxime, no quiero meterte en aprietos así que deberemos de ser cuidadosos

- Me parece. Entonces todo acordado

A- (asiente) Te veo en nuestro lugar exclusivo de encuentros, antes de ir contigo he de encargarme de un asunto

- Ok, en todo caso hasta alrato; tengo que ir a la enfermería

A- ¿Te sientes mal?

- No, pero fue el pretexto que puse para que me permitieran salir, sólo por si mi profesor va para asegurarse de que me están atendiendo. ¿Ves cómo tengo que mentir por tí?

A- Lo siento- dijo mostrando una amplia sonrisa a la vez que rascaba la parte trasera de la cabeza ante mi acto de complicidad inventado.

Despidiéndome de él partí a con el doctor de la institución; por el bien de mi mentira tuve que efectuar la misma escena de profundo malestar y más porque efectivamente, a los cuántos minutos nos acompañó mi profesor para encargarse de que estuviera ahí.
Luego de un chequeo general y de que ocurriera una milagrosa y repentina recuperación, pude reanudar mis actividades y volver a mis cursos normales.

Las horas, aún cuando hubiese perdido un par de ellas por mi engaño, las sentí más eternas que de costumbre, siendo mi anuncio de salvación cuando por fin sonó por cada uno de los edificios la campana que dictaba el término de turno. Guardando apresuradamente mis pertenencias, me marché de la escuela hacia la zona del encuentro con Adam, mientras esperaba me monté en uno de los columpios balancéandome para adquirir una buena altura, la ideal para lograr apreciar a la distancia que mi recién "contratado" tutor se aproximaba

A- ¿Tardé mucho?

- De hecho, no. ¿Nos vamos?

Accediendo con un movimiento de cabeza nos trasladamos a ese viejo departamento en el que él vivió en el pasado y que, por azares del destino, se convirtió en mi actual hogar.
Durante el avance nos topamos con Debbie, no sin que previamente mi amigo corriera a ocultarse detrás del árbol más cercano... "No le digas que vengo contigo" "No me menciones frente a nadie" Eran las frases que usualmente pronunciaba al desaparecer del resto, eso a cuestas de "Todo el mundo odia a Adam sin motivo justificable", toleraba el que huyera para evitar los malos tratos, pero no iba a hacerlo para siempre, debía enfrentarlo tarde o temprano...

Con el "peligro" a metros alejado nos adentramos a mi refugio.

A- ¿Por dónde comenzamos?

- Si no es mucho pedir, lo más adecuado es dar un repaso a lo que debí aprender un curso atrás

A- De acuerdo, entonces manos a la obra

Regando libros, cuadernos y lápices por el piso de la sala, se dio por inaugurada esa preparación intensiva; apenas con tan poco, ya sentía a mi cerebro deshacerse en humo por la gran cantidad de información que se le inyectó a la fuerza...

Y así, con constantes colapsos mentales fue como se desenvolvió la tarde, siendo aplastados casi en un pestañeo por la noche

- (bostezo) ¿Podemos tomar un descanso? No doy para más, es excesivo lo que memoricé hoy

A- En eso te apoyo así que adelante- haciendo a un lado el material de apoyo, me estiré y recosté en el sillón- Lo más adecuado sería organizarnos para no bombardearte

- Por favor

Poniéndose de pie dio un par de vueltas al cuarto


A- ¿Tocas guitarra?- dijo quedando frente a la descrita

- Oh, no. Es de mi padre (suspiro) Siempre que hacíamos un viaje familiar la cargaba consigo, y en las noches al calor de la fogata la hacía sonar para mamá y para mí; no es que crea en la superstición pero decía que era su amuleto de buena suerte... Y justamente al olvidarla fue cuando murió, que ironía

H- Lo lamento, no quería...

- No importa...- sonreí un tanto forzadamente

A- Amm... ¿Podría...?- posó una mano sobre la funda del instrumento

- ¿Sabes tocar?

A- Un poco, en vacaciones aprendí algunas notas y acordes. Si te preocupa que la tome...

- Supongo que no le molestaría, adelante

Entusiasmado la descolgó del muro, sacándola del estuche se sentó a mi lado y comenzó a afinarla tras meses sin usarse. 1Dándome la señal, sus dedos iniciaron a rasgar las cuerdas delicadamente, emitiendo una melodía que me tranquilizó y me trajo una sensación de paz y nostalgia a la vez, era como si me transportara a un mundo distinto y distante magicamente con sólo mis oídos captar las notas.
Por aproximadamente dos minutos se mantuvo concentrado en su interpretación y yo atenta a cómo su gesto y el movimiento de sus manos desprendían pasión por lo que realizaba.

H- Perdona, hace mucho que no practico, hubieron algunos errores...

- Que no percibí. Es hermosa ¿Tú la compusiste?

A- Sí- distinguí vergüenza en su rostro

- ¿Y tiene letra?- asintió- ¿Por qué no la cantas?

A- Oh no, no querrás...

- Vamos, no puede ser mala

A- No es eso, es que... En otra ocasión te la mostraré, lo prometo

- Bueno, pero aunque suene exigente tienes que enseñármela en estos días, pienso que oyéndola completa y bajo el reflejo de la luna llena lo hará todavía más emocionante

A- ¿Lu-Luna llena dices?

- Sí, en menos de una semana estará bien puesta y redonda ¿No te enteraste?

A- Realmente no, no es algo que me interese demasiado *Aunque ahora sí... Rayos ¿Cómo es que descuidé ese detalle? No puedo permitir que me vea así y más porque cree que yo estoy... Incluso empiezo a notarme pálido. Si no pongo separación por estas dos semanas mientras la luna deja de ser llena...*

- ¿Y si dejamos las lecciones por hoy? Tienes que volver a casa

A- C-Claro, mañana retomamos. Entonces, te veo en la escuela

- Te acompaño a la esquina, sólo voy por un suéter

Yendo a mi cuarto, busqué en mi armario algo lo bastante abrigador para el frío de la noche. Teniéndolo en mano me lo puse y regresé a la sala

- Listo, ahora sí va... ¿Adam? ¿Dónde estás?- había desaparecido de la nada. Inspeccioné todas las habitaciones disponibles pero no tenía rastro alguno de él- Que extraño, quizá llevaba prisa- pasando a la entrada me percaté de que la puerta estaba cerrada con llave, tal y como la dejé desde que llegamos ¿Por dónde había salido entonces?
Instantes después las cerraduras sonaron y mamá entró

- Hola

M- Hola. ¿Aún estudiando?

- S-Sí, más bien ya acabé

M- Ya veo... ¿Qué hace la guitarra de tu padre fuera de su sitio?- cuestionó al verla sobre el sillón

- Eso... Repentinamente regresó la tristeza por su partida, el tener una de sus pertenencias más preciadas me calmó. Descuida, ya iba a guardarla- haciendo la acción mencionada, mamá dejó su bolso en la mesa y se encaminó a su recámara

- ¿No vas a cenar?

M- No, estoy muy cansada, me hace falta una buena siesta

Sin irrumpirla de su cometido recogí el tiradero creado y también me fui a la cama; últimamente la comunicación con mamá había empeorado, las pláticas más extensas eran de la duración de la tenida antes, no sabía si su falta de importancia se atribuía a la carga de preocupaciones y estrés acumulado por su trabajo o porque verdaderamente le daba igual lo que ocurriera, como fuese no le iba a dar miles de vueltas a su ya tan acostumbrada rutina y más porque, aunque no fuera lo mismo, desde ese día contaría diariamente con esa atención y la compañía de la que mamá se deslindaba gracias a esa gran persona de apellido Lang.
¿Qué haría yo si ese muchacho no existiera?...

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