9 de julio de 2015

THE DEMON'S SOUL [BL] - FINAL ALTERNATIVO

Autora: jNMK
(Nuevamente, muchas gracias por mandarlo) 

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Precisamente ese día decidieron realizar un homenaje a Gloria a modo de gratitud por todo lo que llevo a cabo por terceros sin pedir retribución y ya que el instituto había sido reparado casi por completo y los miembros retornaron a su hogar (y en donde, en un nicho especial, se colocaron los escasos restos que se rescataron previo a que la escuela cayera en ruinas). 
Acudiendo al mismo desde temprano, la ceremonia se ofició en el aula donde impartía sus lecciones a causa de que la parroquia no estaba disponible para su uso aún. Apretados en reducido espacio por los visitantes que asistieron de hermandades vecinas y familiares sumados a los anfitriones; por primera vez en mi corta existencia tuve la intención de estar atento a una misa, era lo menos que podía hacer por ella por los años en que aguantó mi rebeldía y me educó como los padres a los que no les guardaba rencor por elegir salvarse a sí mismos de una tragedia.

A lo largo de la tarde y de la noche se efectuaron sesiones de plegarias y recuerdos dignos de compartirse, felicidades y desdichas, cada una era importante para honrar a esa mujer que nos marcó en diferentes aspectos pero siempre para bien.

Entre incontables tazas de té consumidas y una plática referente a la homenajeada, el reloj se frenó cerca de las dos en punto de la mañana

- Tengo que irme

A- ¿Por qué no te quedas? Ya es muy tarde como para que andes solo en la calle, además de que a esta hora ya no hay transporte y tu casa queda bastante lejos como para ir a pie

Sin más alternativa accedí, encendiendo un par de velas como sustituto de la energía eléctrica que aún no era restablecida subimos al primer piso y, quitando el seguro, me asignó una habitación

- La misma habitación que tenías cuando estabas con nosotros…- Dijo Amerintia abriendo la puerta tras la cual se reveló mi antiguo cuarto. 

Todo se encontraba en penumbras pero aun así distinguí aquellos muebles, aquellos espacios donde tantas veces sufrí los estragos de compartir mi órgano vital con un demonio… Lentamente me adentré en la habitación, sin tropezar pues conocía de memoria todo el sitio; estaba intacto, idéntico a como lo dejé, solo que un poco más desvencijado. El espacio, el aroma, el silencio, la soledad. Pronto mi semblante y actitud fueron tan melancólicos que Amerintia misma se dio cuenta, aún sin poder ver mi rostro.

- ¿Estas bien? – Preguntó algo preocupada al verme deambular en la habitación. Yo suspiré

- Si…- 

- ¿Estás seguro? –

- … Si –

- Bien, en ese caso…siéntete como en casa, en el buró hay una linterna con pilas por si necesitas la luz…Descansa, mañana vendré a despertarte para que almuerces con nosotros antes de irte.-

- Gracias, Amerintia – Creo que ni siquiera estaba escuchando lo que ella decía. Simplemente respondí por inercia mientras que mis pensamientos y mis recuerdos, no importaba cuanto tratase de evitarlo, seguían dirigiéndose a él.

En silencio y tal vez comprendiendo mi sentir, la dama empezó a jalar la perilla de la puerta para cerrarla y retirarse pero en el último instante, mi cabeza ideó una loca posibilidad. 

- ¡Amerintia! – la llamé justo antes de que terminara de cerrar la puerta. Ella detuvo sus movimientos de inmediato y esperó en silencio a que yo continuara. – Es… ¿Es cierto que existe una rama en la teología dedicada al estudio de los demonios? – El silencio dominó por un instante. Yo la había sorprendido. 

Después de esa breve pausa ella volvió a abrir la puerta y con intriga se adentró en la habitación. Yo me senté en la cama y ella se sentó a mi lado.

- Si la hay… se llama demoniología, pero es muy peligrosa.- Me explicó.

- ¿Que tengo que hacer para estudiar algo como eso? – Ella me miró sorprendida alumbrándome con la danzarina luz de su vela. No sé que expresión habrá tenido mi rostro, pero el de ella demostró casi miedo mientras me miraba.

- ¿Porque querrías estudiar algo así después de todo lo que ha pasado? Además… es peligroso que trates de estudiar a esos seres…podrían atacarte… ¡No es seguro! –

- Al contrario, si logro entender cómo es que el poder de Dios domina a esas criaturas, entonces tal vez yo…yo pueda… - Mi frase se entrecorto. ¿Qué diría? ¿Destruirlo? ¿En verdad me dolía tanto que él me hubiera olvidado? Era tal mi despecho que, si él ya no era mío, ¿no sería de nadie? En ese justo momento, no supe como continuar.

Entonces el rostro de la institutriz se iluminó de alegría.

- ¡Es cierto!... Es un experimento muy arriesgado pero…Si tú lograras encontrar la manera de vencer a esos demonios, te liberarías y ¡dejarían de atacarte en todo momento! –

La miré con una tristeza que seguramente ella no supo interpretar. Oh, pobre Amerintia, ella pensaba que mi objetivo era destruir a ese demonio. ¡Que errada!

- Amerintia, ¿me ayudarías a ingresar a la escuela de demoniología? –

- ¡Claro que sí!... Gloria estaría tan orgullosa, el alumno que jamás ponía atención, ahora se dedicará por completo a servir a Dios… - Su sonrisa era tan pura e inocente que por un instante sentí vergüenza de mí mismo. La estaba utilizando y eso me era despreciable, me estaba volviendo ruin, infame… Me estaba volviendo como Hyde…

- Mañana a primera hora llamaré al párroco para que hable contigo y puedas ingresar a la escuela – continuó Amerintia levantándose de la cama y dirigiéndose a la salida de la habitación. – Ahora descansa y si necesitas cualquier cosa, no dudes en decírmelo –

Entonces la luz de su vela se fue alejando al mismo tiempo que sus pasos se hicieron cada vez más silenciosos hasta perderse en la lejanía. Yo me recosté en la cama e intenté cerrar los ojos para descansar, pero una sensación extraña recorría mi cuerpo; un escalofrío que enfriaba mi piel y alertaba mis sentidos. Me levante. Abrí la puerta y recorrí el largo pasillo; bajé las escaleras y avancé por el comedor hasta topar con la salida trasera del edificio. Al mirar lo tétrico que lucía el segundo patio y la colosal fachada de la parroquia, que ahora se veía más tenebrosa que de costumbre al encontrarse casi completamente en ruinas, me detuve. Titubé para dar los siguientes pasos, pero parecía que mis piernas se movían por si solas. Descalzo, con el sonido ahogado de mis pasos como única compañía, avance hasta la entrada de la parroquia.

La puerta estaba abierta, así que continué mi camino y mire el sitio lleno de escombros, polvo y materiales de construcción almacenados para la próxima remodelación del santuario. Una figura entre el desorden llamó mi atención; parecía ser una persona en pleno rezo, pero ¿Cómo? ¿A esta hora? ¿En una capilla derruida?. En este punto desee no ser tan impulsivo y haber traído conmigo alguna iluminación, pero solo los rayos de la luna y mi conocimiento del lugar guiaban mis pasos, que se en rutaron hacia aquel bulto prominente que hacía mi corazón latir desenfrenadamente con solo mirarlo. Me acerqué con calma, lentamente… y cuando estuve cerca de él, peligrosamente cerca, extendí mi brazo con mucho cuidado, quería posar la palma de mi mano sobre lo que parecía su hombro. Todo el cuerpo me temblaba, me acerque aún más…

- (Nombre) ¿Eres tú? – La voz de Amerintia me sustrajo del hechizo bajo el que había caído preso que era el mismo que me había llevado hasta aquel lugar. Volteé a mirar hacia la entrada de la capilla que es de dónde provenía el llamado y la luz de la linterna de ella me deslumbro. Cerré los ojos unos instantes para recuperarme y cuando los abrí, de inmediato regresé mi vista hacía donde la persona en rezo se encontraba pero…había desaparecido. Amerintia se acercó a mí.

- ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí? –

- Si…estoy bien no ocurre nada… es que… tuve una sensación extraña…-

- Si. Yo también escuche ruidos. Fui a verte a tu habitación pero no estabas, así que decidí buscarte. ¿Seguro que estás bien? – Preguntó ella deteniendo sus pasos justo a mi costado alumbrando con su linterna todo nuestro derredor y dejándome ver con claridad, que en aquel sitio no había más que bancas destruidas y bloques de concreto apilados

- Si, tranquila…Gracias… -

- Será mejor que nos vayamos de aquí, es tarde y no debemos tentar a la suerte. – 

- Claro…- Le dije resignándome no sin antes echar una mirada al sitio de mi intriga descubriendo a la luz de la linterna un pequeño pedazo de celulosa roja. 

Amerintia avanzo unos cuantos pasos y sin que ella lo notara, recogí el objeto carmesí para analizarlo cuidadosamente. Yo Estuve en el infierno, sabía perfectamente lo que era: ¡Era una escama de demonio! Pero… ¿de quién?

A la mañana siguiente, tal como me lo había prometido, Amerintia habló con el párroco y este le dio una cita para hablar conmigo. Creo que le agradé, en menos de un mes estaba empacando mis cosas para irme a estudiar a Italia, en el mismísimo Vaticano. 

Así empecé mis estudios. Después de ser un rebelde que no creía en Dios ni en Satanás, me convertí en el típico estudiante que jamás sale de la biblioteca y que pasa todo su tiempo estudiando. No recuerdo cuantas veces me quede en vela mirando la imagen en los libros que representaba a los hijos de Satanás. Una imagen en particular, una que hablaba sobre los íncubus y súcubus, los demonios encargados de esparcir la semilla del Rey de las Tinieblas por el mundo de los humanos, llamaba mi atención poderosamente. En ella se mostraba la figura que podían tomar para seducir a las mujeres como parte de su premisa y a los hombres, como parte de su deleite propio…el demonio en esa imagen…era igual a Hyde. 

Esa fotografía aunada a mi creciente deseo de dejar de ser aquel muchacho temeroso y tomar las riendas de mi vida de una vez por todas, fueron las que me mantuvieron en el vaticano por 5 largos años. Recuerdo que Amerintia fue a Italia a presenciar mi graduación, pero casi no hablamos…Yo ya no era la misma persona. El chico tímido y débil se había esfumado y en su lugar estaba un hombre sabio, fuerte y de carácter, que tenía un objetivo que cumplir, uno en el que no permitiría que nadie más interviniera…

Mis estudios terminaron y yo regresé a mi “hogar”.

Al llegar a la puerta de la construcción que había heredado de mi salvador y verdugo pude leer que alguien había escrito sobre la puerta de madera un triste y decepcionado rasguño -… Tooru… -Adiviné de inmediato. Seguro el Demonio que en un inicio quiso ser mi amigo, ahora me rehuiría por miedo a que yo, con mi experiencia como exorcista y mis conocimientos adquiridos de dominio y destrucción de demonios, le hiciera daño. Pero mis intenciones eran claras, yo no me había convertido en un demoniólogo para combatir con Tooru. Yo solo tenía una víctima en mente.

No esperé ni un solo día. Esa misma noche me había decidido a enfrentarle, esa misma noche conocería mi nuevo Yo.

Dibujé en el suelo un círculo con el polvo de un ladrillo rojo y en su periferia, todos los símbolos que sabía que debía llevar para mi protección. Espere la luna álgida y entonces… Lo invoque…

Vientos arrebatados se arremolinaron a mi alrededor y un aroma de sulfuro y pólvora invadió el ambiente, sin embargo, contrario a este aroma, la temperatura bajó tanto que sentí mi cuerpo empezar a estremecerse. 

Un vapor amarillento se empezó a formar justo frente a mí, y fue acrecentando en color y volumen hasta que se volvió una neblina espesa que me impidió toda visibilidad. Un aullido iracundo que hizo estremecer incluso el suelo donde me encontraba de pie, se escuchó retumbando con eco en aquella casa que me pertenecía y con un miedo en mi interior, equiparable solo con el sentido en mis travesías por el infierno, cerré los ojos.

No sé cuánto tiempo los mantuve cerrados, solo sé que todos mis temores se esfumaron cuando escuche su voz.

- ¿Qué quieres? – Dijo molesto. Lo supe, conozco sus tonos. Abrí los ojos lentamente y me encontré de frente con él.

- ¿H…H…Hyde…? – Pregunté por mera retórica pues bien reconocía esos rasgos endemoniadamente hermosos.

-Primero te escondes de mí en el único sitio en el que no puedo entrar y luego me llamas cuando más ocupado estoy ¡Ya dilo! ¿Qué quieres? –

- Yo…- Titubé al hablarle. ¿Cómo era posible? Yo, que supuestamente había forjado con mis estudios un temple de acero y una férrea voluntad, volvía a ser ese chico sumiso frente él …-Quería… -

- Jhm – Rio él cambiando de súbito su humor – No has cambiado en nada…- Analizó mirándome de arriba abajo. Su comentario me molestó.

- ¡Claro que cambié! Ya no soy ese chico que podías manipular a tu antojo. Ahora soy tan fuerte como TU –le espeté a la cara.

- ¿En serio?... –Respondió con una sonrisa tanto burlona como divertida… - Y ¿para qué me has llamado entonces? –

- ¡Para restregártelo en la cara! Quería.. – mis palabras se fueron haciendo cada vez más bajas, pasé de gritarle con ira a adoptar una voz cada vez más melancólica – … Demostrarte que puedo vivir sin ti…que no te necesito…quería demostrarte lo mucho que he cambiado…quería … -

- Querías que te viera…- me interrumpió él adoptando también una pose más seria dándole importancia a los sentimientos que sin querer yo desbordaba hasta por los poros – No sabes mentir -

- No cumpliste tu promesa. Dijiste que siempre estarías conmigo…pero no fue cierto. ¡Claro, eres un demonio! ¿Qué otra cosa podía esperar de ti…-

- ¿Qué no cumplí mi promesa? ¡Tú fuiste quien se fue a refundir en lo más profundo de la biblioteca del Vaticano! ¿Tienes idea de lo peligroso y extenuante que es entrar ahí para mí? ¡No puedo permitirme arriesgarme tanto! –

- ¡Pero antes de irme te esperé más de un mes! –

- ¡Vaya! ¿Tanto me extrañaste que no pudiste esperar un mes?- De nuevo su tono burlón y cínico. Yo solo desvié la mirada con molestia – Jajaja…Está bien, está bien, no te enfades. Además…si fui a verte…-

- ¿Qué? – Impresionado volvía fijar la mirada en él y vi como su brazo adoptó un tinte carmín intenso y pronto empezó a llenarse de escamas negras y rojas de la forma y color exactos de la escama que yo encontré aquella noche en la capilla derruida del hogar de Amerintia. – Eras tú… -

- No podría haberte mentido, no después de aquel “probablemente yo te a…” – Al escuchar esa remembranza de inmediato evite su mirada. Él lo noto y la duda de inmediato se apoderó de su rostro –O es acaso que… ¿fue mentira? – 

- … -

- Comprendo… Entonces… en verdad solo querías que mirara lo feliz que eres sin mí. Me alegra. –Dijo el en un tono serio que no denotaba para nada alegría. – Espero que mis amigos no corran con la mala suerte de que los destruyas. Aparte de eso… Te deseo suerte… ¡Me voy! –

Entonces chasqueó los dedos con galantería pero nada pasó.

- ¿Uhm? –Gemido único que expelió mientras miró cómo su cuerpo, a pesar de su orden, no desapareció de la sala donde estábamos.

Entonces aproveché el momento de su distracción y e hice sin siquiera darme cuenta, la tontería más grande del mundo. Salí del círculo dibujado con ladrillo rojo que me resguardaba y me acerqué a él violentamente empujándolo contra la pared en un ataque de rabia y desesperación.

- ¡Eres un idiota! ¿Cuándo vas a entender que no es fácil para mí decir lo que siento? ¡Tú solo vienes y vas y te olvidas de mí dejándome en esta casa donde todo me recuerda a ti! – El abrió los ojos cuantiosamente y sonrió, como si todo lo que yo le decía, le complaciera en sobremanera- ¿Qué otra cosa podía hacer si no alejarme? ¿Tratar de olvidarte para siempre, o hacerte volver a mí porque yo te …-

En ese preciso instante el ser infernal me rodeo con posesividad cual si le perteneciera y sin pedirme permiso ni mostrar siquiera gentileza, devoro mis labios en un beso apasionado que no tuve más remedio que corresponder; ávido, desesperado, agresivo y obsceno cual siempre había sido nuestra relación. Lentamente él fue separando en beso y nuestras miradas se encontraron en la cercanía, la cual permitió que yo escuchara perfectamente cuando el murmuró:

- No lo digas… Si no es verdad, no lo digas. No juegues conmigo…-

- Tu querías saber para que te llamé hoy ¿No es así? Bien, al principio no lo tenía muy en claro ni yo mismo, pero ahora sé que es para esto. Te invoque para que lo sepas ¡Te amo Hyde! Y ya no voy a callarme más…Te amo casi tanto como odio por haberme abandonado aquí…-

Impresionado el demonio me miro con un rostro sumamente humano, conmovido, complacido.

- Vaya que has cambiado…- reconoció, para mi fortuna. 

Pero entonces de nuevo comenzamos a demostrar nuestro afecto con caricias y roses de lo más eróticos. Sentí como lentamente él me desvestía y yo hacía lo propio con el ilusorio cuerpo humano de mi antiguo dueño. Le besé, le acaricié, y unimos nuestros cuerpos con tantas ganas y con tanto ahínco que casi olvido que es un ser diferente a mí, sin embargo, él se encargó de recordármelo pues estaba en su naturaleza ser agresivo, incluso conmigo que era el ser a quién amaba y sus caricias pronto fueron tan placenteras como dolorosas. Tomaba mi cuerpo sin cuidado, mordiendo mi cuello hasta hacer brotar mi sangre, la cual lamía extasiado al borde de la locura. Recordé entre sus brazos la deliciosa tortura que se tornaba volverme suyo y dejar que él fuera solo para mí. Él jadeaba y gruñía cual bestia sin modales mientras yo atesoraba este encuentro y lo grababa en mi mente, deseando que fuese eterno. Sin embargo, como todas las cosas buenas en el mundo, nuestro encuentro carnal y amoroso llegó a su fin. Habiendo ambos hallado el clímax, permanecimos recostados con las piernas entrelazadas, tratando de normalizar las respiraciones y en ese momento exacto, que estábamos tan cerca uno del otro, pude sentir como nuestros corazones, aunque diferentes, aún latían al unísono. 

- Al fin te atrapé…- musitó triunfal – Eres mío…- 

Yo solo reí de medio lado.

- No quisiera pero…debo irme… - Me dijo con sincero pesar.

Yo no respondí. Solo me levanté de su lado le di la espalda y comencé a ponerme la ropa.

- ¿Estás molesto? – Me preguntó él.

- Para nada…- contesté.

- Vendré a verte luego, lo prometo. -

- Estoy seguro que si…-

Parece que él realmente no tenía tiempo para disipar mis dudas, por eso escuche a mis espaldas un nuevo chasquido de sus dedos seguido de un bufido de molestia.

- ¡¿Que rayos pasa?! ¿Por qué no puedo largarme? –

- Parece que no has notado algo importante mi querido Hyde- Yo seguía de espaldas a él así que no pudo ver la sonrisa victoriosa y altiva que se dibujó en mis labios.

- ¿De qué estás hablando? –

- ¿Cómo es que un demonio como tú no lo sabe? – Le dije dando vuelta al terminar de vestirme para entonces mirarle de frente – Yo te he invocado, y como sabrás, cuando un humano invoca a un demonio, con un conjuro poderoso, éste no tiene más remedio que obedecer … -

- ¿Pero qué estás diciendo? …- 

- Estoy diciendo que te estas equivocando, mi querido Hyde. Soy yo quien te atrapó. Ahora soy tu dueño… -finalicé triunfante volviendo a dar la espalda a mi amante.

- Jajajajajaja – La risa burlona y descarada de mi ángel oscuro llegó como música hasta mis oídos y de inmediato sentí la calidez de su cuerpo muy cerca de mi espalda, seguido del aliento cálido saliendo de sus labios cuando me habló al oído – Entiendo eso pero entonces, tú te has olvidado de un pequeño detalle…-

- ¿Cuál es? – Dije un tanto nervioso

- En efecto, si tu conjuro es tan poderoso para obligarme a aparecer, yo no tengo más opciones que someterme pero… - Su sonrisa se amplió, lo pude sentir en mi oído –Lo único que evita que tu demonio invocado te destruya, es tu círculo de protección y hace mucho, mi querido humano, que saliste de ese círculo. –

Era verdad, hacía rato que había abandonado aquel refugio que me mantendría a salvo de todas las tretas de que Hyde era capaz.

- ¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a matarme? – 

Sentí su cara alejarse de mí.

- ¡Hoy no! – Exclamo divertido y con ligereza – Puede que esto que has hecho me entretenga por algún tiempo, quiero ver de que eres capaz, pero no te confíes… Yo nunca pierdo y ¡tú lo sabes! – 

Esa amenaza no me daba miedo proviniendo de él, al contrario, sonaba excitante y atractiva.

- Bien, bien entonces…ya puedes retirarte. Pero no andes muy lejos, podría necesitarte y llamarte en alguna otra ocasión… -

- ¡Claro! …nos veremos (nombre) –

- ¡Ah! Otra cosa, Hyde… -

- ¿Si? –

- Llámame Amo. -

- Jajajajajajaja –

La risa estridente de mí ahora demonio esclavo se fue haciendo un eco cada vez más delicado hasta que desapareció por completo.

Ahí estábamos. ¿Por qué no podíamos simplemente decirnos lo que sentíamos y tratar de estar juntos? ¡Ah! Cierto… ¡Es porque Él es un demonio!. De cualquier manera yo sabía que a partir de este momento podría verlo tantas veces como lo deseara, sin necesidad de esperar a que las lunas le permitan adoptar pose humana, así como él podría manifestarse ante mí cuando le viniera en gana. Una vez que el demonio ha sido invocado exitosamente, se vuelve la sombra del humano que logró contactarle pero…si el humano se descuida, el demonio devorará su alma y la arrastrará al infierno haciéndole su fiel súbdito y obligándole a permanecer a su lado por el resto de la eternidad… Bueno…eso no sonaba nada mal para mí. De hecho, estay seguro de que Hyde encontrará la manera de condenar mi alma a estar por siempre a su servicio y entonces por fin podremos dejar de vivir esta pesadilla que vivimos desde el momento mismo de nuestra creación. Esperaré paciente por ese momento en que mi esencia sea irremediablemente maldita para entonces cumplir mi sueño, que sé que es él mismo que el de Hyde: el sueño de estar juntos para siempre.

2 comentarios:

  1. Ashh que fic tan bonito u//////u
    Jajaja ntc!!

    Aaaahhh que emocion ver mi adaptacion en tu pag! Se siente genial, en serio! Y bueno ya pude abrir el relato desde la pagina principal pero insisto, el enlace que esta junto con los otros fics de los seguidores no funciona.O al menos a mi no me quiso abrir.


    jNMK

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    1. Jaja ¿Por qué será? Desconozco el motivo XD

      Bueno, este espacio te lo ganaste :)
      Respecto a ello, no es que no funcionara, es más bien que olvidé insertar el enlace. De publicarlo, compartir en perfil de feis, en página de feis y en Twitter se me fue por completo ponerlo donde más importa :v Pero ya quedó.

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