27 de diciembre de 2012

A CHRISTMAS LOVE STORY - CAPITULO 4

- ¿Puedo ayudarte en algo? - pregunté al ver que el ritmo ajetreado de la tía no disminuía..

M- De hecho, sí. Tengo muchas cosas que hacer, ya sabes que en estas fechas el trabajo se acumula inexplicablemente

Me senté a su lado y comencé a ordenar su documentación según se requiriera, entretanto, ella llenó un par de formularios en el computador e imprimió su firma en algunas hojas.
Aproximadamente una hora más tarde acabamos con el papeleo. Mi superiora se recargó en su silla y suspiró en alivio.

M- Aún queda material que organizar, pero eso lo haré en la oficina. No quiero abusar de tu confianza

- No hay problema, sabes que te doy una mano con mucho gusto

M- Cosa que agradezco. Por cierto, es altamente probable que me quede en la oficina estos últimos días. Solamente volveré por las mañanas para ducharme. ¿Estarás bien por tu cuenta?

- No te preocupes, siempre me las he arreglado. Aunque sinceramente, me hubiera encantado que pasáramos juntas este fin de año

M- Nunca le dimos importancia, ¿qué ha cambiado?

- No lo sé, tal vez empecé a tener curiosidad sobre cómo sería pasar esta época en familia. Tiene tantos años de eso que ya lo olvidé - ella sonrió nostálgica.

M- Eso es cierto. Desafortunadamente no puedo cancelar mis compromisos laborales, pero podríamos contemplarlo como una opción para la próxima, ¿qué dices?

- Me agrada la idea

M- Es un hecho entonces. Por ahora debo irme - metió todos los papeles y carpetas en una mochila que se colgó al hombro - Llámame si necesitas algo

- Tú también

M- ¡Oh! Casi se me pasa. Si vas a estar Hyde espero que se comporten, lo digo por lo de ayer

- ¿De qué hablas? Fue simplemente un beso... - el sólo rememorarlo, hizo que me sonrojara - Además no somos nada mas que amigos

M- Peor aún. Si de esa forma se tratan siendo solamente amigos... - sus palabras arrastraron un tono perverso. La vergüenza y el atrevimiento nos hicieron soltar una carcajada - Hablando en serio, cuídate

- Igualmente. Hasta dentro de unos días...

: **

La reunión concluyó tras casi 2 horas de duración. Nada más dejar la sala donde ésta se efectuó, me planteé el comentar de mis planes a cierta chica antes de que fuese tarde. 

- Muchachos, tengo que retirarme

T- ¿Y lo que falta? ¿Qué hay de aquello de "sin más interrupciones"?

- Por favor, es un asunto de vida o muerte. En cuanto me desocupe, haré mi parte y no descansaré hasta finalizar

Tetsu se cruzó de brazos, rodó los ojos y bufó.

T- Está bien, pero sin mayores retrasos ni excusas futuras, ¿queda claro?

H- Más que el agua, gracias

Rápidamente me marché de la sede de la empresa y abordé un taxi. El tránsito fluido me permitió situarme en el edificio donde vivíamos en a penas unos minutos. Fui directamente a llamar a su puerta.

H- Buen día, ¿puedo pasar?

- Adelante

Nos instalamos en los asientos frente a la entrada. 
De principio, nuestras cuerdas vocales se negaron a emitir sonido alguno, muy posiblemente como consecuencia del acto en el que nos acercamos de forma peligrosa. En horas cruciales, no había cabida para dudar.

H- Antes que nada... - rompí el hielo - Te pido perdón por lo de ayer, creo que me precipité

- Descuida, no pasa nada

H- Creí que te enfadarías

- ¿Por qué habría de molestarme? No es como si hubieras cometido un delito

H- Por poco, no fue correcto... La cuestión es que no vine a hablar de eso como lo primordial, más bien... - mi declaración se vio opacada por el timbre del teléfono fijo.

- Lo siento, debo contestar. Ya vuelvo

H- Tárdate todo el tiempo que necesites

[nombre] se trasladó a un cuadrante distinto de la misma habitación. Mientras atendía, exhalé profundo en signo de frustración.
Al cabo de un rato, la llamada terminó.

- Perdona la interrupción. ¿En qué estábamos?

H- A-ah sí. Como te comentaba, quería decirte que... Me da gusto el habernos dado una oportunidad de conocernos y llevarnos bien - mi boca se movió como si tuviera vida propia, arrojando frases alternas a las verdaderas. Ella sonrió.

- Yo también... Aunque presiento que eso no era todo lo que buscabas decir, no por nada viniste hasta acá teniendo cosas mejores qué hacer - las mujeres siempre presumían de un "sexto sentido", y vaya que en muchas ocasiones no se equivocaban.

H- No, he acabado, lo prometo

- ¿Seguro? - afirmé - Si insistes...

¿Por qué me alteraba tanto pronunciar algo tan sencillo? Al final la charla se desvió a asuntos ajenos a mi objetivo. Por horas intercambiamos anécdotas y demás experiencias, tomamos un receso para la cena, y reanudamos al poco rato; la armonía del momento nos hizo perder la noción del tiempo, por lo que pronto nos asaltó la caída de la noche y, con ello, el que nuestros cuerpos suplicaran por su dosis diaria de descanso. 
Cuando las voces se silenciaron y nos dedicamos a mirar una de esas películas de temporada, distinguí por el rabillo del ojo cómo [nombre] había sucumbido a la magia de Morfeo. Delicadamente la cargué y llevé hasta su recámara, donde la deposité en su lecho y abrigué con las cobijas. Un beso fue plasmado en su frente y me retiré de su espacio personal.
Mi propio cansancio se rehusó a dejarme partir a mi apartamento, y me indujo a reposar en el sofá de mayor tamaño.

H- Definitivamente mañana le diré todo, es ahora o nunca...


° **
Me vi teletransportada a mi superficie de reposo cuando reactivé mis sentidos, quizás porque muy amablemente se tomó la molestia. Me estiré y salí de la cama hacia el sector principal de la casa, encontrándome a Hyde recostado en el sillón. 

- Hey - lo sacudí suavemente hasta hacerlo despertar.

H- ¿Qué?

- ¿Pasaste la noche entera aquí?

H- Sí, eso creo - bostezó y se irguió - Espero no te moleste - negué.

- ¿Qué tal dormiste?

H- He tenido siestas mejores. Las piernas y la espalda me duelen por el frío

- Sé de algo que puede devolverte el calor

Calenté una taza de leche en el microondas y agregué unas cucharadas de chocolate en polvo. Cuando éste espumó, se lo di a beber.

- Toma, te sentará bien

H- Te lo agradezco - suspiró tras el primer sorbo. El contenido en la taza desapareció en cuestión de segundos.

Habiendo recuperado su temperatura corporal y que el malestar en sus músculos se proclamó semi-extinto, evacuamos el departamento para bañarnos con los rayos del Sol y respirar la brisa mañanera. Desde nuestra altura distinguimos un rostro muy familiar en el piso inferior, procedimos a bajar.

H- Tetsu, ¿qué haces aquí?

T- Oh, hola. Te marqué sinfín de veces y no respondiste

H- Disculpa, mi móvil no me avisó - extrajo el objeto descrito y comprobó que no encendía - Creo que terminó la batería. ¿Cuál es la emergencia?

T- Tú sabes perfectamente. Te conozco de tantos años como para deducir que no habrías empacado todavía, mucho menos revisado los documentos que te encargué

- ¿Empacar? - interrumpí confundida.

T- Sí, por el viaje que haremos... No te lo ha dicho aún, ¿verdad?

Desvié la vista a Hyde, quien se notaba en conflicto.

T- Ok, lo adecuado es que los deje solos para que conversen al respecto. Volveré más tarde - se dio media vuelta y caminó a las escaleras a paso firme.

- Así que eso era lo que te agobiaba. Tenía razón, ¿por qué no me lo contaste?

H- Cómo voy a saberlo - se detuvo a lubricar su garganta - No es nada fuera de lo común el tomar vuelos a otras ciudades por cuestiones laborales constantemente, de cualquier forma, no quiero realizar este viaje

- ¿Por qué? Ya lo has dicho, es por trabajo. Algo positivo saldrá de eso

H- Tal vez, pero... Nuestro itinerario fuera es por 3 meses, aunque cabe una alta probabilidad de que se extienda por mucho más y... Es que me la paso tan bien aquí, contigo...

- Seguiré en este mismo sitio para tu retorno, ¿sabes? Es muy pronto para dar por concretada una amistad que recién se formó. Ve y haz lo que debas que hacer, ya retomaremos lo que tenemos pendiente; no te librarás tan fácilmente de mí después de mi deuda por el brazalete - le sonreí y di una ligera palmada en su hombro.

De nueva cuenta se adelantó a abrazarme, acción que me animé a corresponder y me llenó de una calidez infinita que hacía mucho no sentía. 

- ¿Quieres ayuda? - propuse roto el contacto.

H- Lo haré yo solo. Lo que sí es que necesito un favor

- ¿Cuál?

H- Tu número telefónico, si no, ¿cómo vamos a mantenernos en contacto estos meses?

Entró a su departamento por una pluma y anotó en su brazo los dígitos, también me despojó de mi celular para registrar el suyo. Hecho el intercambio, nos despedimos y cada uno fue por su lado.
No se requirió más de una hora para que su primer mensaje de texto fuese recibido.

'Hyde - 11:32 am.

Hey, soy yo. ¿Podemos vernos mañana a las 6:00 pm 
en la entrada del aeropuerto? Es mi partida...'

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'[nombre] - 11:33 am.

Ahí estaré sin falta'

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