28 de diciembre de 2012

A CHRISTMAS LOVE STORY - CAPÍTULO 5

La salida del "astro rey" marcó el inicio de un nuevo día, probablemente uno que en absoluto esperaba. Por más que me mostrara serena y firme, por dentro sentí una gran tristeza al enterarme de aquél viaje; nunca fui de encariñarme tan rápido con las personas que conocía, sin embargo, esa se catalogó como la clara excepción. 

La mañana y gran parte de la tarde, muy por el contrario a cuando estábamos juntos, anunció su paso con suma lentitud y tornó la espera en una todavía más tormentosa.
Hora y media antes de lo acordado, tomé un taxi hacia el aeropuerto. El tránsito fluido me permitió estar en el sitio de reunión con anticipación, de cualquier forma, el chico solicitado ya aguardaba por mí en la entrada de la terminal tal y como se planificó.

H- Viniste...

- No iba a decepcionarte. ¿Dónde están los demás?

H- Adentro, en la sala de espera. Creyeron que sería más apropiado darnos un poco de privacidad

- Ya veo... - suspiramos al unísono, exponiendo con ello lo mucho que nos costaba vernos y no precisamente para algo bueno - Entonces...

H- Entonces...

- Así que serán 3 largos meses fuera...

H- Por desgracia

Nuestras voces callaron y desviamos la mirada. Casi por inercia e influencia de una necesidad asfixiante, me abalancé para abrazarlo.

- Voy a extrañarte - confesé con un nudo en la garganta, mismo que contuve para no derramar lágrimas. ¿Desde cuándo era tan sentimental?

H- Y yo a ti

- De ser posible, procuremos mensajearnos todos los días. Me gustaría estar al tanto de su progreso y el cómo va todo por allá

H- Te mantendré informada

El apretón se dio por clausurado. 

H- Antes de partir... Quisiera hablarte de un asunto en concreto

- Te escucho

Un suspiro escapó de su boca y masajeó su cuello precedente a iniciar su discurso.

H- Si bien hemos sido vecinos desde hace ya varios años, recién fue tomamos la chance de conocernos y construir una amistad, algo de lo que estoy muy agradecido por suceder. También es verdad que se contabiliza extremadamente poco tiempo de que esto se dio y... Quizás es solamente confusión o sacar conclusiones de manera apresurada... - capturó mis manos entre las suyas - ¿Crees que es posible enamorarte de alguien a primera vista?

Una simple pregunta que me hizo comprenderlo todo y me condujo a sonreír irónica.

- Últimamente soy defensora de esa probabilidad, más que nada porque hubo un chico que me hizo experimentarlo. Tal vez no fue amor a primera vista como tal, pero una vez que lo conocí más a fondo, compaginamos y me mostró comprensión... También entré en esa especie de conflicto, sobre todo cuando se atrevió a besarme hace 2 días en mi apartamento

Quería ser directa y que nos dejáramos de complicaciones ante lo evidente, objetivo que, a mi criterio, asimiló de inmediato. 
Tiernamente acarició mi rostro con sus nudillos para después presionar su mano en mi mejilla. Imitando sus acciones de la ocasión pasada, se acercó a mí y otorgó un beso inundado de romanticismo.

T- Es hora de... abordar el avión.. - aún cuando su venida fue inoportuna, no nos exaltamos ni separamos como cuando la tía interrumpió - Te esperamos en la puerta de abordaje

Al cabo de unos segundos, pusimos fin de mutuo acuerdo.

H- Cuando regrese, espero que podamos tratarlo con mayor calma y, porqué no, quizás hacer realidad esa oportunidad

Únicamente asentí y le permití incorporarse a sus compañeros muy a mi pesar. 
Una serie de aviones ejecutó su despegue al cabo de varios minutos, muy probablemente entre ellos se encontraba su vuelo, por lo que decidí abandonar el aeropuerto y volver a casa.

En cuanto mis pasos plasmaron su huella adentro del departamento, contesté el teléfono por su inisistente timbrar.

- ¿Diga?

M- [nombre], soy yo. Solamente llamaba para saber cómo iba todo por allá

- Bien, tía - aún cuando lo intentara, era prácticamente imposible esconder el desánimo en mi voz.

M- No suenas convincente, ¿estás bien?

- Sí, es sólo que amanecí con una fuerte jaqueca. Ya se me pasará

M- Si tú lo dices... Debo volver al trabajo, te llamaré por la noche

- ¡Espera! Antes de que cuelgues, ¿puedo preguntarte algo rápido?

M- Claro, dime

- Cuando tenías que alejarte del tío Albert por cuestiones laborales, ¿cómo lidiaste con eso? Me refiero a cómo hiciste para no sentir su ausencia y seguir con tu rutina sin que te afectara

El tío Albert fue el primer y único esposo de la tía Mary. Se caracterizaban por ser una pareja alegre y casi perfecta, pero las dificultades vinieron cuando se supo que jamás serían padres de un hijo con su misma sangre. La frustración de ambos fue demasiada y acabaron por separarse.
A pesar del divorcio y de que tienen años sin reunirse, la tía Mary nunca pudo olvidar ni borrar los sentimientos por el hombre que fue su gran amor, motivo por el que decidió permanecer soltera.

M- Pues... Fue complicado las primeras veces, sin embargo, eventualmente tuvo menor impacto al saber que la espera sería pasajera y siempre llegaría el momento para volvernos a ver. ¿Por qué?

- Simple curiosidad...

M- ¿Segura que no hay nada detrás de esa pregunta? No sueles sacar esos temas por tu cuenta

- La verdad sí. Digamos que hay una persona que se fue hace poco, y si bien será por unos meses... Siento que ha dejado un vacío

M- Querida, no hay motivo para estar así. Tus amiga prometieron visitarte cuando...

- Es que ese es el problema, que no se trata de Natsuko o Shizuka

M- ¿Ah, no? ¿Entonces es quizás por ese jovencito? - respondí con un suspiro - Oh, ahora lo entiendo mejor. Si en efecto serán solamente unos meses, el tiempo se encargará de juntarlos de nuevo y los recompensará, por eso no estés triste

- Es inevitable. ¿En qué momento se convirtió en alguien tan esencial?

M- Quizás en el mismo momento en que tu corazón volvió a latir y se rindió a los encantos del amor

- Nunca dije que lo nuestro fuera “amor”

M- ¿Y no lo es? Porque aquella vez del beso se entendió lo contrario...

- Bueno... Sí, estás en lo correcto

M- No intentes engañarme, al final lo sabré todo - soltamos una risa en simultáneo - Hablando en serio, ¿por qué no vienes a mi oficina? Las penas en compañía son menos dolorosas

- Tal vez más adelante, por ahora me gustaría procesarlo por mí misma dentro de mi burbuja y... Mejor ya no te interrumpo. Agradezco que me hayas escuchado

M- No fue nada, haría eso por ti y mucho más. Cuídate mucho, arriba esos ánimos

- Igualmente, lo intentaré

Cuando la tía retornó a sus deberes empresariales, me encerré al interior de las paredes que conformaban mi habitación.
En mí nació el impulso de revisar con frecuencia la pantalla de mi móvil, esperanzada a que ésta arrojara notificación de un mensaje suyo o cualquier noticia sobre él.

Nunca nadie mencionó que ese mal denominado enamoramiento fuese tan complicado...

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