EIEN NO AI - CAPÍTULO 2

- Ay, mi cabeza... - sobé mi sien izquierda ante una desagradable sensación de mareo, misma que fue desapareciendo paulatinamente.

En cuanto mis sentidos se recuperaron por completo, me percaté de que no me encontraba en el mismo lugar plagado de flora, si no en una habitación cerrada. Su interior se recubría con tapices rojo y vino, muebles que bien podrían pertenecer a siglos pasados, sin contar que el lecho donde yacía, además de ser muy cómodo, tenía cobijas y almohadas combinadas con los colores en los muros.

Por si fuera poco, a través de los ventanales se podía apreciar un hermoso cielo nocturno que nunca antes me tocó atestiguar.

Mi consternación fue en aumento al revisar el área donde recordaba haber recibido aquella puñalada, y para mi sorpresa no había herida alguna ni cicatriz. 

- ¿Qué está pasando? - me pellizqué el brazo para comprobar que no se trataba de un sueño, descartándose toda teoría con la venida del dolor.

La puerta de acceso a la recámara se abrió repentinamente.

H- Vaya, veo que has despertado ya...

Mi sistema de alerta se encendió con el aparecer de un muchacho vestido con un estilo aristócrata gótico. Cabello negro como la noche, piel era tan blanca como la luna, y sus ojos y labios rojos casi tanto como la sangre.

- ¡¿Q-quién eres tú?! - pregunté tartamudeando. Mis nervios se pusieron de punta cuando avanzó a mi posición - ¡Contéstame!

H- Tranquila, no te haré daño. Mi nombre es Hyde - hizo una reverencia - Desde ahora estás bajo mi protección

- ¿Cómo? ¿Protección?

H- Sí, déjame explicarte...

Antes de siquiera poder mencionar palabra, fue interrumpido por el sonar de una campana como aquellas que se oían al inicio de una ceremonia religiosa.

H- Será mejor que el jefe te lo diga

Previo a salir del cuarto, me entregó una larga capa negra que tuve que ponerme y me tomó de la mano. 

Caminamos por un extenso pasillo repleto de puertas, mismas de las que emergieron otras personas con ropajes similares a los de mi acompañante. Todos ellos sin excepción fijaron su atención en mí.

H- Son buenos sujetos, aunque poco discretos - agregó en una aparente lectura de mis pensamientos - Creo que les sorprende que por fin hayas regresado

- ¿Regresar?

No respondió concentrándose exclusivamente en mi escolta.

Las miradas penetrantes e insistentes del resto empezaron a incomodarme, por lo cuál me cubrí la cabeza con la capucha y seguí mi paso.

Después de varios metros recorridos y de que nos abrieran un gran portón, nos situamos en un salón muy amplio. Dentro de éste, aguardaba un hombre de apariencia longeva, mayor estatura y cabellos blancos en su totalidad.

A- En serio has llegado - dijo rebosante en júbilo. Sin verlo venir, me estrechó entre sus brazos. Mi gesto se tensó en una mueca de confusión - Se bienvenida, es un gusto tenerte de nuevo con nosotros

H- Con su permiso, mi señor, yo me retiro

A- Oh no, quédate, tú también debes escuchar. Tomen asiento, muchachos

Un tanto insegura, obedecí su orden. El chico conmigo se sentó a mi lado en el mismo sillón que yo, mientras que el señor adoptó posición en una elegante silla detrás de su escritorio.

A- ¿Sabes por qué estás aquí? - enlazó sus dedos por encima de su superficie de trabajo.

- Sinceramente... No - contesté algo nerviosa mientras admiraba mi alrededor.

A- Pues ahora lo sabrás. Kaori nos contó lo que pasó con tus padres

- Un momento, ¿Kaori…?

A- Sí, durante mucho tiempo ella nos mantuvo informados acerca de lo que sucedía en tu entorno, y ahora que ellos volvieron con su creador, es nuestra obligación cuidarte como antes. Principalmente porque... Eres mi descendiente

- ¿Su descendiente? ¿Cuidarme como antes? P-perdón por preguntar demasiado, es que no entiendo nada...

A- No es necesario que lo comprendas todo hoy mismo. Las cosas irán fluyendo por sí solas y a su propio ritmo, y cuando lo hayas descubierto, sabrás otra de las razones por las que estás aquí

Sin decir nada, simplemente me encogí de hombros.

A- Bueno, eso es todo de mi parte por ahora, Hyde se encargará del resto. Si necesitas alguien que aclare tus dudas, estoy a tu servicio en este mismo sitio. Pueden retirarse

El chico junto a mí hizo le reverenció y desalojamos el salón. Ya que la zona estaba despejada a comparación de hace unos instantes atrás, regresamos con completa tranquilidad al mismo cuarto en el que recuperé la consciencia.

- T-Te escucho - tenía mis dudas sobre lo que saldría de su boca, no obstante, me intrigaba conocerlo.

H- De acuerdo - inhaló profundamente y comenzó el relato - Por principio, seguramente ya te diste cuenta de que tenemos una apariencia... digamos, peculiar - asentí - Eso se debe a que no somos humanos

- ¿Y entonces?

H- En tu mundo, las leyendas sobre nosotros son bastante populares; me atrevería a afirmar que los vampiros, son los seres "ficticios" preferidos por muchos

- ¿Cómo dices? ¿V-vampiros?

H- Así es. Ahora bien, dicho lo anterior y saltándome algunos detalles, seguiré con lo meramente importante.

Según las tradiciones establecidas por nuestros ancestros, cada 318 años se elige a un nuevo líder de clan; si surge un único pretendiente, automáticamente se convierte en el heredero, pero si nacen dos o más, todos habrán de enfrentarse en una batalla a muerte, y el que sobreviva, será el siguiente líder.  La cuestión es que dentro del periodo de selección de candidatos para tal puesto, naciste tú, al igual que Meiko

- ¿Meiko?

H- Es... Era otra integrante de este mismo clan... 

- ¿Y qué tengo que ver con ella, además de esa coincidencia de nacimiento?

H- Como ya te expliqué, al haber sido concebidas dentro del periodo, ambas se convirtieron en las elegidas al trono de este clan. Dicho esto, ustedes tendrán que enfrentarse en la pelea por el ascenso al poder y...

- Aguarda un segundo, ¿o sea que por cuestiones del destino, fui elegida para luchar contra la tal Meiko y así lograr ser su futura líder?

H- Lo comprendes rápido... 

- ¡Pero yo no quiero esto, ni siquiera soy una de ustedes!

H- No es de querer o no, es tu obligación... Y por la apariencia no te preocupes, en un par de días los rasgos característicos de nosotros florecerán

Terminada su última oración, 5 chicos más entraron. Lo curioso de esto fue que entre ellos estaba Kaori, y, para mi sorpresa, lucía totalmente distinta a como se registró en mi memoria.

H-Muchachos...

T- ¿Qué hay, Hyde?

S- ¡Wow, entonces era cierto! Nuestra salvadora llegó

H- Oigan, ¿no se les olvida algo?

K- ¿Qué? - quien respondía por el nombre de Hyde, rodó los ojos y bufó.

H- [nombre], ellos son Tetsu, Yuki, Ken y Sakura - dijo señalando a cada uno conforme los nombraba.

Todavía impactada y temerosa, agaché la cabeza sin contestar.

H- ¿Y a qué se debe su visita?

T- Aparte de venirnos a presentar, queremos avisarle a la recién llegada que mañana iniciamos con su entrenamiento

H- Está bien, hemos recibido el mensaje. Si es todo lo que tienen que decir, les pido se retiren, ella se nota muy confundida y exhausta, lo mejor es que descanse

Y- Tienes razón. Un gusto conocerte - los muchachos recién ingresados, por algún motivo, se inclinaron ante mí - Hasta mañana

Todos salieron del cuarto excepto por Hyde.

H- Si se te ofrece algo, mi habitación es la de enfrente. Por cierto - abrió mi armario sacando dos prendas de vestir junto con unas botas - Ésta es tu pijama... - me dio un gran camisón de seda - y de ahora en adelante, solo podrás usar de éstos - me dio un largo vestido negro y las botas - Buenas noches

En cuanto se fue, me metí directo a las cobijas sin siquiera molestarme a usar los ropajes dados. 

Por varias horas intenté dormir, aunque era algo que no entraba en mis actividades.

- *¿Qué rayos hago aquí? No quiero pelear ni mucho menos morir en el intento… Y a todo esto, ¿significa que yo también soy…? No, no, no... No voy a permanecer en este sitio, quiero ir a casa* - el pánico se aferró a mis células al instante. Rápidamente salí de la cama y me asomé con discreción hacia el pasillo para cerciorarme de que no hubiera nadie en el perímetro. Teniendo certeza de que la zona estaba libre, abandoné el cuarto sigilosamente con la intención de recorrer los espacios y hallar la puerta principal de inmenso edificio.

H- ¿A dónde crees que vas? - su mano se posó en mi hombro.

- Yo me largo, esto es una broma y no formaré parte de ella. Búsquense a alguien más que desee ser su “líder”

Precedente a reanudar mi marcha, me tomó del brazo con cierto nivel de violencia y me llevó de vuelta a mi recámara contra mi voluntad. Nada más soltarme, quise burlarlo y escaparme en un intento fallido.

- Por favor, déjame ir - rogué a punto del llanto - Esto no es real, no quiero nada de esto...

H- Son órdenes del jefe y parte de tu misión. No sé porqué buscas regresar si aquellos que te cuidaban ya no están. Aquí tendrás toda la protección que necesites, solamente confía en nosotros y nada malo va a pasarte, te lo prometo - declaró con voz dulce y pacífica.

Por unos minutos se dio a la tarea de reconfortarme y minimizar mi alteración. Hecho ésto, me indicó recostarme en la cama y me arropó en un gesto de amabilidad.

H- Me quedaré contigo hasta que te duermas, no tienes de qué preocuparte

Le di la espalda sintiendo cómo su mano se dedicaba a sobar mi espalda, como si de un bebé se tratase. Su estimulación empezó a surtir efecto en mí, así que no tuve otra alternativa salvo relajarme hasta fundirme con el universo de los sueños...