THE DEMON'S SOUL [BL] - CAPÍTULO 1

"Según una antigua leyenda, hubo cierto día en que las puertas del infierno pudieron abrir las de los mortales. Para preservar el reino de la maldad y poder crear una nueva generación de demonios, Satán, el amo de la oscuridad, engendró un hijo con una humana, la cual murió luego de haber dado a luz a un ser impuro. 

Ante tal suceso, los siete príncipes del infierno, temerosos de que un mestizo pudiese quitarles el trono en caso de que su padre cayera ante la fuerza divina, decidieron eliminarlo a toda costa; dado esto y ya que Satán despreciaba dar muerte entre criaturas de su misma sangre demoniaca, optó por alejar a su hijo para que fuera criado entre humanos... Pero no era tan sencillo, si quería que esto sucediese habría que sacrificar algo; el joven mestizo para no ser percibido por sus hermanos, debía vender su corazón y vivir sin él. 

Era sumamente riesgoso resguardarlo en ese sitio de llamas infinitas y sufrimiento sin fin, por lo que otro humano que serviría de funda habría que portarlo. Pese a esas acciones de seguridad, si el mortal llegaba a morir, lo haría también el mestizo ya que compartían un mismo corazón, una misma alma, por otro lado si el vástago decidía regresar al infierno, habría que extirpar el corazón de su cuidador y reimplantarlo sobre el hueco en su pecho llegando así el fin de la existencia del humano... Aunque esto exclusivamente podía realizarse cuando la luna se tornaba roja, ya que era cuando el corazón desprendía su esencia diabólica original..." 

Por lo menos unas tres o cuatro veces por semana escuchaba esa historia desde que tengo memoria, tanto que me la sabía al derecho y al revés... Aunque viniendo de una institución con lazos religiosos y cercanía a la iglesia, no me sorprendía. Realmente detestaba por completo estar ahí, pero no tenía a donde ir desde que mis padres murieron y ellos muy amablemente me acogieron, además de que aún no cumplía la mayoría de edad como para valerme por mí mismo, independizarme y hacer la vida que quería. 

"... pese a que tal suceso, mejor conocido como Luna de Sangre, sucedía rara vez, era cuando se ponía en peligro la vida de la humanidad, ya que al despertar el poder de la maldad en el órgano del mestizo, podía ser rastreado por los príncipes, quienes sin dudarlo saldrían de su encierro e iniciarían una invasión a la Tierra hasta encontrar la fuente de vitalidad tan ansiada y así destrozarla. 

Nadie sabe con exactitud quien de los millones de habitantes en el planeta fue el desafortunado elegido, los únicos en tener conocimiento de su paradero son el mismísimo Rey del Infierno y el legítimo dueño..." 

G- ¡Señor [nombre]! ¿De nuevo distrayéndose? - con uno de sus libros, golpeó sobre mi pupitre para obtener mi atención, provocando que regresara la mirada al frente - Como siempre rayando la parte trasera de sus cuadernos, ¿es que acaso no le interesa todo lo que le hemos enseñado?

- Por supuesto, sólo que no le encuentro sentido a que esa historia tan falsa sea recitada tan a menudo, es monótono y... Tedioso

G- Debería tener consciencia, es por su propio bien prevenirlo de esas "historias falsas", uno nunca sabe cuando pueden ser de gran utilidad

- ¿Utilidad para qué? A menos a que quiera aburrir gente como a los presentes...

G- No le encuentro gracia a sus argumentos. Es un modo de alerta porque nunca se sabe lo que depara el destino, o usted dígame, ¿qué haría si uno de los miembros de la institución, fuese el humano que vive gracias a los latidos de la esencia de un ser infernal? Debe estar preparado para tener un método de salvación, más ahora que el día de la anunciada profecía de la "Luna de Sangre" se avecina, así que por favor, preste más atención o como reprimenda le impartiré horas extras escuchando la misma historia que tanto le disgusta. ¿Entendido?

- Sí, sí...

G- ¿Sí qué?

- Sí señorita Gloria - resoplé y recargué mi barbilla sobre una mano mientras se reanudaba la clase. No tenía intención de seguir oyendo, así que me sumí en mis pensamientos hasta que la campana de fin de sesión sonó.

G- Nos vemos el próximo lunes, todos pueden retirarse... Excepto usted - dirigiéndose a mí - Necesito hablarle

Tras estar el aula vacía y luego de haber guardado mis materiales, me paré frente a su escritorio.

G- [nombre], ¿puedo saber que ocurre? Ya van 15 veces en menos de un mes que se te llama la atención y no nada más en mi clase. Todos los años se repite lo mismo, ¿es qué no te interesa estar aquí? - suspiré.

- Siendo franco... no. Esto simplemente no es para mí

G- Sé que estás en esta institución en contra de tu voluntad, puesto que te trajimos a los pocos días de que naciste y de que tus padres fallecieron, pero ese comportamiento inapropiado no es manera de pagar todo lo que hemos hecho por ti y te hemos dado a lo largo de estos 17 años

- Lo sé, lo sé, y de verdad estoy agradecido por darme un hogar, comida, vestido, educación, y que me considere como un hijo, porque para mí usted es como una segunda madre, pero... Detesto este lugar, detesto el mismo cuento de siempre sobre la lucha del bien y el mal, de dioses y demonios que le aseguro no han de existir; son invenciones de la religión para atrapar seguidores que les den dinero por nada y puedan pudrirse en riquezas que ganaron deshonestamente

G- Me decepciona que pienses de tal manera pese a lo que te hemos inculcado, lamentablemente no puedo hacerte cambiar contra tus propios méritos. Usualmente con este tipo de actitud ya hubiésemos expulsado a un alumno, pero tus padres y yo éramos muy cercanos, y les juré que si algo les llegaba a pasar, yo me haría cargo de su hijo hasta el día de mi juicio. Ya estás por cumplir la mayoría de edad pero se te negará abandonar el internado, de nada servirá esforzarte por conseguir tu pase de salida a través de malos actos

- No puede mantenerme encerrado en contra de mi voluntad

G- Por supuesto que puedo, es lo que tus padres hubiesen querido por tu propio bien. 

No se diga más, ve a tomar la cena y después a la parroquia para la ceremonia, ya terminaremos adecuadamente esta conversación en otro momento

Arrastrando mi mochila y encorvado, salí del salón azotando la puerta tras de mí. Era fastidioso que me trataran así y me forzaran a encomendar mi vida entera en manos de "nuestro salvador". No criticaba las órdenes religiosas, más bien era de libre creencia, aún así tenía que regirme por sus normas quisiera o no. Si tan sólo mis padres no hubiesen fallecido a poco de que nací, las cosas serían muy distintas...

Dejando los útiles en mi alcoba, regresé al comedor para la cena y media hora después fuimos llevados a la parroquia para efectuar la típica misa de los viernes, ceremonia a la que nunca prestaba ni el mínimo interés

G- ¿Otra vez escuchando música durante misa? - susurró molesta y quitándome el audífono de la oreja - A este paso obtendrás tu condena eterna en las llamas del infierno

- ¿Más del infierno que ya estoy viviendo? Lo dudo - Gloria me lanzó una mirada de molestia. Apagué mi reproductor, lo guardé y fingí atender las palabras del clérigo.

O- Ahora, hermanos, demos gracias a nuestro señor por mantenernos libres de tentación y de todo pecado que nos impida llegar a las puertas del paraíso y ser cubiertos con su gloria

Todos los ahí presentes juntaron sus manos y guardaron silencio para rezar, por mi parte, suspiré y crucé los brazos a la vez que recargaba mi pie derecho sobre mi rodilla izquierda, aguardando a que acabaran con ridículo acto. 

Mientras eso, pude oír a lo lejos pasos acercándose aunque no les di importancia, no hasta que repentinamente y sin explicación alguna, comencé a sentir un fuerte dolor en el pecho. Era como si clavaran un puñal provocándome una sensación insoportable, motivo por el que coloqué mis manos en dicha zona apretando la tela de mi camisa entre mis puños

G- ¿Te encuentras bien?

- N-no

?- Parece que mi presencia ya hizo efecto - una voz desconocida resonó. Desconcertados, volteamos hacia la entrada encontrando recargado en el marco de la puerta a un hombre; portaba pantalón de cuero, botas y capa azul oscuro con capucha que cubría su rostro - Oh, vamos, no detengan sus plegarias por mí, yo sólo vine a hacer compañía

- ¿Quién es él? - pregunté con dificultad y curiosidad al ver que esa persona había sembrado terror en los asistentes, claramente lo conocían... Todos menos yo

G- No hay tiempo de explicaciones. Amerintia...

A- Dígame, señora

G- Lleva a todos a otra parte, no es seguro que permanezcan en las mismas cuatro paredes que "él"

Rápidamente la parroquia fue desalojada, quedando únicamente los altos mandos de la orden y yo.

?- ¿Así que aquí es donde resguardan mi vida? Bonita escuela, aunque algo... Celestial para mi gusto

G- ¿Cómo osas cruzar las puertas de este sitio sagrado? Largo o no nos dejarás alternativa

?- Tranquila, Gloria, fue un enorme gesto de amabilidad de su parte el que lo hayan cuidado, pero vengo a reclamar lo que es mío. Unos simples y tontos mortales no tendrán el poder de luchar contra los 7 príncipes del infierno y sus secuaces para defender mi alma. Ni todas sus barreras van a impedir que me lo lleve por derecho de propiedad

G- No vamos a poner en tus sucias garras ni en más peligro a uno de nuestros estudiantes, antes tendrás que pasar sobre nosotros

?- ¡Perfecto! Ese no será problema, un poco de diversión no me vendría nada mal

Los miembros mayores bloquearon su camino, apuntaron hacia él con objetos benditos y recitaron oraciones para detenerlo sin efecto alguno. El sujeto los ignoró, siguió avanzando y, con un chasquear de dedos, provocó que la mayoría de los que estaban frente a sí cayeran adormecidos. Si le estorbaban y lo molestaban, con la misma acción hacía que se prendieran en llamas.

G- Que él posea tu corazón, no significa que lo arrebatarás de nosotros - se puso enfrente mío. ¿De qué iba eso y qué buscaba de mí? El pánico no me dejaba pensar con claridad aún cuando la respuesta ya hubiese sido aclamada - ¡[nombre], huye!

?- ¡Calle, señora! - con su ira ocasionó que mi superiora cayera desmayada.

- ¡Gloria! - estaba dispuesto a rescatar a mi institutriz, pero mis objetivos cambiaron al percatarme de que ese diabólico hombre se dirigía a mi posición. En un acto cobarde, eché a correr a la salida para resguardarme con el resto pero, al oír otro chasquido, mis piernas de repente dejaron de responder ocasionando que me desplomara. Tratando de moverme con la fuerza de mis brazos, pronto quedó a centímetros de mi puesto - ¡Aléjate de mí!

?- Eso no será posible, querido - se puso en cuclillas para sostenerme por la barbilla, a lo que prosiguió a olfatear mi cuello - Sí, ese delicioso aroma... Definitivamente eres tú, no hay duda - lamió mi piel.

- ¡N-no te tengo miedo! - con repugnancia, lo empujé violentamente.

?- ¿Entonces por qué estás temblando? Escúchame bien, en tu interior reside mi alma, vives de manera artificial al corazón que tuve que ofrecer a mi padre para obtener mi forma humana, por lo tanto, me perteneces. Eres la persona desafortunada en estar atada a mí por el resto de la eternidad o hasta que reclame ese vital órgano y lo desgarre de tus entrañas

- Eso no es verdad, estás mintiendo... Tú... ¡No puedes existir! - soltó una risa.

?- Los humanos de sangre pura sí que son estúpidos y desesperantes. Tengo pruebas para demostrártelo, pero no puedo enseñártelas ya que muy pronto tus amados compañeros despertarán. Tendrás que venir conmigo

- ¿Qué? ¡Por supuesto que no!

?- No es de querer o no, o dime, ¿te gustaría que de una vez por todas... Convirtiera a todas y cada una de estas personas en simples cenizas? - con el pulgar sobre su hombro apuntó hacia Gloria, quien aún permanecía inconsciente. Con un movimiento de dedos, una llama se formó a unos metros de ella con intenciones de carbonizarla.

- *Esto... Esto tiene que ser un sueño* ¡De acuerdo, haré lo que me pidas! - exclamé alarmado y con lágrimas en los ojos por la desesperación.

?- Niño bueno - al instante el fuego se extinguió - Probablemente tengas un millón de cuestiones porque no recuerdas nada, eras tan sólo un pequeño e indefenso bebé cuando sucedió, pero yo personalmente resolveré una a una tus preguntas - me cargó en brazos y sonrió arrogante - Bienvenido de vuelta a mí

Comencé a forcejear para liberarme, acción que elevó sus niveles de ira y lo indujo a morder violentamente mi cuello. Sin saber el motivo por el cuál lo hizo, lentamente mi visión se tornó difusa hasta desvanecer...