20 de diciembre de 2014

THE DEMON'S SOUL [BL] - CAPÍTULO 11

Desperté desde temprano asegurándome de no perturbar el sueño de [nombre], quien se mantuvo abrazado a mí durante gran parte de la noche, sólo hasta que sus malestares físicos le exigieron reposar en una posición diferente y más cómoda. 

Tooru se encargó de mostrarme paso a paso los rituales de protección más poderosos que tenía, mismos que usamos para resguardar todo el perímetro como simple medida preventiva. 
Una vez concretada esa tarea y horas más tarde, mi mentor y yo nos instalamos en el comedor para hacernos de la primera comida del día; [nombre] descendió por las escaleras algo adormilado, agarrándose firmemente del barandal y dando pisadas torpes.

- Buenos días

H- Hola... ¿Por qué no avisaste que ibas a bajar? Tus piernas se están tambaleando, pudiste haber caído - rápidamente fui a donde él y le ayudé en su traslado.

- Pero no sucedió, no hay por qué alarmarse

Con ritmo despacio y dudoso, se incorporó a nosotros en la mesa.

H- Debes estar hambriento luego de dos días sin ingerir nada - al son de mis palabras, Tooru le cedió una bandeja que contenía leche, fruta, huevos revueltos y un par de rebanadas de pan. De inmediato, [nombre] empezó a tomar porciones de gran tamaño para meterlas a su boca.

T- Por cierto... Ya que se llevó a cabo la tan mencionada profecía, supongo que eso también significó el haber alcanzado tu mayoría de edad. Quizás no es el momento más apropiado, pero quería felicitarte por ese año más de vida - por debajo de la mesa extrajo un pequeño costal que le entregó. Al abrirlo, se apreciaron en su interior diversos elementos para ejecutar procedimientos muy similares a los que realizamos más temprano - No es el más atractivo o llamativo de los obsequios, sin embargo, nunca se sabe cuándo puede ser de utilidad

- Espero nunca tener que recurrir a él. Muchas gracias, Tooru - regresó los objetos al costal y finalizó su desayuno - Bueno, y a todo esto díganme, ¿los demonios celebran que les queda un año menos a su eternidad?

T- Unos cuántos lo hacen, sobre todo aquellos que decidieron quedarse entre humanos como yo, aunque eventualmente se vuelve aburrido por tantos festejos acumulados. Luego tenemos casos como el de Hyde, que nunca ha visto con buenos ojos el hecho de llevar la cuenta

H- Es una pérdida de tiempo preocuparse por cosas tan banales como esa... - me crucé de brazos.

- En esta ocasión, estoy un tanto de acuerdo con Hyde... Pero mejor dime el número de veces que has tenido ese "privilegio"

T- Más de un siglo, quizás dos, ni siquiera yo lo recuerdo con exactitud... Sigo manteniéndome joven, pero no tanto en comparación con este muchacho

- ¿En serio? ¿Cuántos años tiene? - curioso, apoyó los codos en la mesa, enlazó sus dedos elevados en el aire y recargó su barbilla en ellos.

T- Unos... Tres o cuatro más que tú

- Vaya, te creía más viejo

H- Oye, más respeto - simulando haberme ofendido, le di una palmada en la nuca.

- Sólo jugaba - respondió en medio de una sonrisa a penas formada - Entonces si has vivido como humano, ¿quién te ha cuidado o lo hizo hasta que te independizaste?

T- Ninguna persona iba a alojarlo al saber cuál era su verdadero origen, así que, por mandato de Satán, se me encomendó la tarea de criarlo, aunque no imaginas lo difícil que fue. A muy temprana edad tuvo su etapa de rebeldía y hasta la fecha no se le ha curado

H- Bueno, bueno, olvidemos esos "hermosos" recuerdos familiares y vuelve arriba, te darás un baño porque en serio que apestas

- Yo no huelo nada - se olfateó.

H- No es de suciedad... Al menos no mucho. Traes impregnada la esencia de esos que te apresaron y es desagradable

Sin importar el constante tropezar, lo jalé del brazo y nos dirigimos al primer piso en donde se encontraba la ducha.

Mientras llenaba la bañera con abundante agua tibia, él se sacó la ropa e ingresó velozmente a la tina.

- ... Y entonces... A qué hora te vas para...

H- Te ayudaré, tu flexibilidad está limitada, no alcanzarás a lavarte correctamente

- Puedo hacerlo por mí mismo desde hace mucho. Ya soy grande

H- Sí, eso lo sé... 

Haciendo caso omiso, tomé agua con una bandeja para verterla en su cabeza y así humedecer la parte superior que aún permanecía seca. 
Como primer acto, coloqué una cantidad generosa de shampoo en su cabello para lavarlo, estando éste bien espumoso y tras unos segundos de masajear, lo enjuagué. Pedí extendiera los brazos para tallarlos con una esponja enjabonada, teniendo delicadeza especial en donde sus heridas pues, que aunque ya comenzaban su proceso de cicatrización, parecían seguir igual de sensibles a como cuando se formaron, esto basado en las muecas que hacía [nombre] al contacto con el área mencionada.
Repitiendo acción en su espalda, le ordené que se levantara para poder ocuparme de las zonas sumergidas en el agua.

H- Eres pa-té-ti-co... - pronuncié entre risas cuando, al darse la vuelta para continuar con mi labor, utilizó sus manos para ocultar su hombría - No sé porqué te cubres si ya con anterioridad he visto tus encantos en todo su esplendor - le guiñé.

- E-esto es denigrante. Eres de lo peor... - lanzándome una mirada asesina y sonrojándose, me permitió seguir con la actividad en curso. 
Luego de unos minutos...

H- Terminamos, permíteme traerte...

- A-antes de acabar, quisiera repetir. Aunque el jabón haya lavado mi cuerpo y no quede rastro de nada, aún tengo la sensación en mí de sus manos, de sus bocas, de sus... Me siento sucio, podrido...

H- No te servirá repetir porque es algo psicológico, con el transcurso de las semanas habrás de superarlo... Pero en caso de que no sea así, yo podría solucionarlo - lo tomé por la barbilla y acerqué mi rostro al suyo. Al percibir un gesto de sorpresa, solté a reír - Es broma. Odio decirlo pero prometí no hacerte nada indecente

Alborotando su cabello mojado me levanté... Pero me detuvo agarrándome del brazo.

- B-broma o no yo... Lo he pensado y quizás lo más adecuado sería... Q-quiero que... Quiero que me toques - agachó la mirada - En el instituto nos decían que un trauma no desaparece hasta que se reconstruye la circunstancia que lo provocó, así que por favor...

H- No lo creo. No sabes lo que me pides...

- Por supuesto que lo sé y por eso te hago esta petición. Solamente a ti te lo permitiría - aún estando cabizbajo, distinguí un leve sonrojo en sus mejillas.

H- [nombre], no puedo, es absurdo

- Sin embargo, cuando me trajiste para enfrentar mi destino, quisiste aprovecharte de mí en dos ocasiones...

H- Esto es diferente, es... - suspiré - Sigues delicado, no quiero lastimarte más ni que por eso acabes odiándome

- ¿Y eso que importa? ¿Odiarte por ser la pieza clave para superar un golpe fuerte? No digas estupideces

H- Perdona pero no lo haré y no voy a discutirlo más. Lo que sí es que tienes razón, puedes bañarte tú solo así que termina de hacerlo

** Con el ceño fruncido, salió del baño azotando la puerta. ¿En qué diablos estaba pensando al hacerle esa propuesta indecorosa? Un tanto arrepentido por ello, me hundí en el tibio líquido por debajo de mi nariz y puse la mente en blanco luego de su negativa.
Cuando las yemas de mis dedos se arrugaron por el exceso de humedad, concluí mi baño, me sequé y vestí con las mismas ropas proporcionadas y que hallé al despertarme; una playera negra lisa y una bermuda del mismo color, enseguida quité el tapón de la bañera y dejé correr por la tubería el agua empleada.

Abandonando el cuarto de aseo y tras vagar por las habitaciones de la casa, me percaté de que el híbrido al que estaba atado se hizo de presencia nula.

T- ¿Se te extravió algo? - al bajar a la sala, Tooru me cuestionó observándome por encima del libro que leía.

- No, yo sólo... ¿Y Hyde?

T- Dijo que tenía algunas cosas que hacer, así que salió con prisa

- Oh... Gracias por el dato

T- ¿Discutieron por casualidad? - frenó la lectura de su escrito y se quitó sus anteojos - Se notaba irritado...

- Yo no lo llamaría así, es... una tontería que no debí haber dicho - resoplé - Ya que me acuerdo, no te he dado las gracias por permitirnos quedar aquí - cambié la conversación de repente.

T- No es nada, hago lo que sea por él... Y por ti también ahora que formas parte de su vida, claro

- Si no te incomoda mi pregunta, ¿lo quieres?

T- Si te refieres a querer, sí; es como un afecto fraternal por el tiempo que le dediqué para que fuera lo que hoy es, en cambio, si hablas de "querer", ahí respondo que no. Ese tipo de sentimientos no son lo mío. ¿Y tú, lo quieres?

- ¿Hablas de amor, romance, atracción y eso?

T- No exactamente, pero si de esa forma lo quieres interpretar... - sonrió de lado recargando su codo sobre la mesa y, a su vez, la barbilla en la palma de su mano.

- Creo que es más agradecimiento mezclado con resentimiento y... No sé cómo explicarlo - la simple suposición me puso nervioso, por lo que terminé de imprevisto la charla y volví escaleras arriba, mientras tanto, escuché una risita y algunos murmullos emitidos por Tooru a los que no hallé sentido. Posteriormente, me encerré en mi cuarto temporal.

Ya que el aburrimiento se asentó por montones y el baño sirvió para apaciguar un poco las molestias de mi día de maltratos, tomé prestados un par de zapatos y di una vuelta por las calles de los alrededores.

Nada más salir y haberme topado con algunas personas a mi paso, fue motivo suficiente para que me invadiera una profunda incomodidad, esto debido a que todos ellos sin excepción ni mínima discreción me volvieron blanco de sus miradas de disgusto por mi apariencia, y es que muchas de las marcas y heridas que me infringieron durante desastrosa estadía en el infierno, eran muy evidentes a la vista de terceros. 
Ya lo había pasado lo suficientemente mal como para tener que lidiar con juicios de desconocidos sin sentido de respeto, por lo cuál puse fin a mi caminata antes de lo esperado y volví a nuestro refugio temporal.

Tooru yacía aún en la sala con algunos libros abiertos, así que para no interrumpirlo de su actividad, di mis pisadas lo más silenciosas posibles hasta instalarme en el dormitorio. Ya en dicho sector, permanecí contemplando el atardecer por tiempo indefinido, aunque fue lo necesario como para que el cielo adquiriera hermosas tonalidades rojas.

H- Deberías estar en cama... - sin ser advertido, apareció a mis espaldas.

- Sólo quise estirarme un poco, mis músculos están entumecidos

H- Ya veo, eso significa que vas mejor...

- No ha sido gran progreso, pero me siento con más energía que ayer

H- Me alegro por ti...

Acto seguido, fuimos envueltos por un silencio abrumador.

H- Amm, [nombre]... - se aclaró la garganta - Con respecto a lo de esta tarde....

- Te suplico que lo olvides - di media vuelta para hablarle de frente - El recordar ese episodio me alteró e impidió que pensara correctamente, así que me disculpo por... - me exalté al tenerlo peligrosamente cerca y acorralarme contra la ventana - Hy-Hyde... ¿Qué estás...?

H- Cumpliré tus órdenes

- ¿Eh? - abrí los ojos tanto como me lo permitían. Tomó mi mano y besó mis nudillos, provocando que el calor y la sangre se acumularan en mi cara. ¿Por qué estaba yo reaccionando de esa manera?

H- Haré lo que me pidas al pie de la letra, un amo debe complacer de vez en cuando a su súbdito por sus buenos actos

- N-no, no quiero ocasionarte más problemas de los que ya te he dado desde que... D-desde que... Yo... 

Mi habla fue cortándose al acariciar una de mis mejillas e ir cerrando distancia entre los dos, y es que tal como lo presentía, su boca no tardó en unirse con la mía. Al principio y de la impresión sólo vi mis labios siendo presionados por los suyos... pero poco a poco fui rindiéndome a la tentación.
Su lengua se deslizó traviesamente entre mis músculos labiales, e infiltró sus manos por debajo de mi camisa tocando mi piel con delicadeza, lo que ocasionó que me erizara ante su contacto.

H- Antes me hubieses llamado depravado sólo por besarte, pero si es lo que quieres... El objetivo de esto es hacerte olvidar y no empeorarlo, así que si algo de lo que haga te disgusta, dímelo y me detendré - dijo con voz gentil.

- P-pero Tooru está abajo...

H- Entonces procura mantenerte callado. Ahora date la vuelta - teniendo conocimiento de que nada de lo que dijera cambiaría su parecer, lo atendí recargándome en el cristal. 

Alzó mi prenda superior, me despojó de ella y escondió su rostro en la curva de mi cuello para olfatearlo, sintiendo cómo chocaba su respiración y enseguida me recorriera un escalofrío por el roce de sus colmillos, intensificándose éste cuando masajeó mi entrepierna por sobre la tela que la protegía.

- Mgh d-detente por favor - sobresaltado, arqueé mi cuerpo cuando liberó mi virilidad y sus dedos se friccionaron en la misma.

H- ¿Qué tenemos aquí? A penas con un par de toques y ya está húmedo - pronunció seductoramente mientras hacía círculos en la punta de mi miembro, ocasionando que se irguiera por completo.

- C-cállate...- para ahogar mis nacientes gemidos, me cubrí la boca e incliné la cabeza.

H- No desvíes la mirada, quiero que admires tus propios gestos 

Me tomó de la barbilla y me obligó a regresar la vista al frente; el vidrio actuaba como un espejo por el cuál lo distinguí detrás de mí, yo a medio vestir, mis ojos vidriosos y, en general, mi rostro tenso ante el placer.

- N-no... Es v-vergonzoso - mordiéndome el labio inferior para reprimirme, me sumí en un espiral de dulces sensaciones. A comparación de cuando los demonios me tomaron, por más penoso que sonara, ese momento lo estaba disfrutando de verdad...

Tras unos segundos de que mi sexualidad fuera víctima de su delirante tacto, me corrí al son de un débil grito. Retiró su mano mojada por mis fluidos y comenzó a lamerla, interpretando así una escena que aceptaba era sumamente erótica.
Terminado lo anterior, reclamó un beso más demandante por el que percibí el sabor de una esencia, el sabor de mi propia esencia. Desesperado, se dio a la tarea de quitarme toda prenda restante.

- C-creo que esto fue una mala idea y una desconsideración de mi... - con su puño golpeó en la pared.

H- Demasiado tarde, mis impulsos son más fuertes que yo - respondió en medio de jadeos y comunicando con sus ojos lascivia pura. Acompañado de sus frases, me jaló consigo hacia la cama en donde bruscamente me empujó. Ya en cómodo espacio, se despojó de sus propias ropas para que el contacto fuera mayor. 

Impregnando en mi piel al azar la marca de sus labios, a su vez penetró mi boca con dos de sus dedos, mismos que se unieron en una danza con mi lengua y sirvieron para bloquear parte del sonido emitido por mis cuerdas vocales. Teniéndolos lo suficientemente ensalivados, los retiró de mi cavidad bucal y, con un ademán, me indicó que lo rodeara con las piernas.

Dentro de mis principios estaba el nunca involucrarme en tales enredos, pero ¿en qué rayos estaba pensando al verme en una situación de ese tipo? Comenzaba a arrepentirme y a sentirme un tanto extraño por el mismo acto, no obstante, no hubo marcha atrás al incrementar drásticamente mis expectativas de satisfacción e iniciar un jugueteo alrededor de mi entrada.

H- ¿Se siente bien?

- Ngghh... I-idiota, eso es... Algo que n-no se pregunta... ¡Agh... Q-que estás...! - fue inevitable estremecerme cuando mi cavidad trasera fue invadida - ¡N-No, sácalos por... favor!

H- ¿Duele? - a lo que asentí - Relájate, sólo un poco más

** Mis dedos se deslizaron lo más delicados posible, aún con eso, no pausaba sus quejas.

- Y-ya por... Favor... Lastima m-mucho - acatando su petición, retiré la fuente de estimulación notando que habían rastros de sangre. ¿Cuán salvajes lo trataron esos dos como para herirlo por dentro? 

H- Al diablo con esto, terminamos por hoy

Con la culpa encima, me senté en la orilla de la cama viendo cómo se abrazaba a sus piernas, suponiéndome yo por la molestia ocasionada. Definitivamente no podía continuar.

"Si sigues, hay altas posibilidades de que en vez de solucionar su trauma, lo empeores... Pero recuerda que en unos días sus caminos se dividen, y si te detienes, habrás desperdiciado la oportunidad de poseerlo y muy probablemente de mostrarle lo que sientes..."

Maldiciendo a la voz de mi subconsciente, reflexioné las opciones dadas. Vaya que estaba en un dilema...

H- *... No me interesa si me gano todavía más su odio, al fin y al cabo dentro de poco regresaré al infierno* - me armé de valor y toqué su hombro - [nombre]... Lo siento...

- ¿De qué estás...? - lo posicioné boca abajo, levantándolo por las caderas y dejándolo en cuatro - ¡No, no, no! Dijiste que ya no, te lo... ¡Aghh! - en fracciones de segundo, fui abriéndome paso sintiendo que estrecho pasaje era forzado a expandirse.. 
Para que fuese acostumbrándose, el contoneo inicial fue muy despacio y gentil, eso hasta que sus quejas se convirtieron en unas débiles y sensuales.

H- Para ser... Alguien que ya no quería... Esos adorables sonidos son muy sugestivos...

- E-eres un... ¡Mmhhg! y-ya no m-más... 

H- ¿Con que ahí te gusta?- concentrando las embestidas en un punto en concreto, arqueó su espalda y emitió un estruendoso gemido - Tomaré eso como un sí

Sin dar tregua al mecerse de nuestros cuerpos, fui testigo de cómo se había rendido ante sus instintos para enfocarse en la verdadera intención: que su mente estuviera en blanco y lo disfrutara. Fundiéndonos en un delicioso saca y mete, se aferró a las sábanas y su gritar sin medida resonó en esas cuatro paredes, al compás de un balanceo en dos direcciones que parecía no tener fin.

H- Siendo nff... Sincero, dentro t-tuyo es... Mhh increíble...

- Para y-ya de... Decir ngh c-cosas inde... Ahh indecentes. Hyde... Detente mnn... M-me vengo... Ya n-no... 

En medio de jadeos descontrolados y un aumento notable en la velocidad de las estocadas, pronto ambos explotamos en tiempos desfasados y nos desplomamos en el lecho, apoyando todo mi peso sobre su espalda en una lucha por recuperar el aliento y regular nuestro ritmo cardíaco.
En cuanto abandoné su entrada, se escondió contra las cobijas sin moverse.

H- Hey, ¿estás bien? - ya que no obtenía respuesta, lo forcé a que se girara - Vamos, ¿qué ocurre contigo?

- ¡Ocurre que eres un degenerado por hacerme sentir algo tan sucio! - contestó molesto teniendo sus mejillas teñidas en rojo y los ojos llorosos, no sabiendo si era por vergüenza, o porque realmente lo detestó.

H- Para empezar tú fuiste quien me hizo atrevida propuesta. Acepta que te agradó pues no por nada te escuchabas tan adorable y te viniste dos...

- Sí, gracias por ser tan obediente - sarcástico, volvió a girarse - Ni una palabra más sobre esto, te lo advierto

H- [nombre]...

- ¿Qué demonios quieres?

H- Nada, sólo quería decir que fue un placer ayudarte - susurré a centímetros de su oreja y agregué un beso detrás de la misma.

** No conforme con lo anterior, pegó su cuerpo al mío y me rodeó por la cintura, acción que busqué rechazar pero, como de costumbre, era imposible apartarlo.

Aún cuando haya adoptado una actitud perversa, me preguntaba el por qué su ser desprendió y demostró generosidad en plena sesión. Quería sacar de mis pensamientos cualquier respuesta referente y más porque, por motivos no identificados, mi corazón no dejaba de palpitar velozmente y me sentí más pleno que nunca...

1 comentario:

  1. Hasta el lemon estuvo excelente! Con su justa medida de sado-masoquismo propia de un demonio que seduce a un mortal educado a modo fanaticamente religioso.
    Ahhhh otra vez no dormi!!! Este fic en particular no puedo dejar de leerlooo

    jNMK

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