24 de julio de 2015

THE GHOST IN MY ROOM- CAPÍTULO 7

Desde que se asomó el alba todo transcurrió de la manera más ordinaria, rutinaria y aburrida posible; levantarse temprano para llegar a tiempo, soportar una clase de la que no entendía ni la mínima palabra pese a ser explicada en mi idioma y otras más que no me apasionaban, saltar de alivio por dentro con la campana de final de jornada y retornar a casa, todo para que mi martirio continuara ahí debido a las lecciones extra de reposición que se me encomendaron... Lo raro de eso fue que Adam nunca apareció, y es que bueno, en realidad no acordamos cada cuando tendríamos las horas de estudio adicionales así que era normal surgiera confusión, sin embargo tuve algunas incomodidades al no presentarse tampoco al anochecer como acostumbraba, pasé un buen rato mirando por la ventana de mi alcoba aguardando a que utilizara la escalera, subiera por ella y tocara al cristal para atenderlo, dándose así un encuentro clandestino nocturno más hasta altas horas de la madrugada.

"Una noche no dice nada, probablemente le surgió un apuro" pensé; por un rato que no lo viese no significaba el fin del mundo... O eso creí...

Lunes, Martes, Miércoles... Dos, tres, cuatro...  Siete días se borraron del calendario y mi fiel compañero no daba señal alguna, ni en el colegio, ni en nuestro lugar especial, ni en mi habitación. No solía ser de ese tipo de personas pesimistas que formulaban ideas de desgracias y catástrofes pero ¿Y si algo le había pasado? Aún cuando buscara calmarme, mi sexto sentido se activó trayendo consigo el emerger de una enorme preocupación por haber sido como tragado por la tierra.

M- Ya levántate o te retrasarás

- Lo siento, hoy no iré a la escuela, me siento enferma

M- ¿Quieres que llame a un médico?

- No, con el reposo se me pasará

M- Está bien, cualquier cosa me llamas. Yo tengo que irme a trabajar

Y cogiendo sus pertenencias eso hizo, se marchó a su oficina; por ese instante agradecí infinitamente el que la comunicación entre ambas se haya quebrado, de lo contrario hubiese andado encima mío por mi "enfermedad" y sin despegarme su atención para frustrar mis planes de hallar información sobre el paradero de Adam (si es que lo había).

Un tanto más relajada y ya que fue una hora más apropiada (para ser exactos, después de las once a.m) me dispuse a visitarle directamente aprovechando que se me dio la oportunidad y no quedaba lejos, quizá eso le molestaría pero no me interesaba, solamente el hecho de verlo bien y saber mis desagradables presentimientos una falsa alarma...

Estando frente a su puerta, inhalé aire lo más profundo que aguanté y toqué; tal y como la primera vez nadie abrió

- *De nuevo lo intentaré, si nadie abre no insistiré porque muy seguramente no hay nadie. Él dijo que su madre estaba de viaje así que cabe posibilidad de que la alcanzara a donde sea que haya ido*

Con un segundo chance mis nudillos se impactaron repetidamente en la fría madera pero parecía mi suerte no cambiaba. Resignada me di la vuelta, obligada a virarme al chirrido de una chapa accionándose

SL- Disculpe, con el ruido del televisor no escuché antes- se asomó una mujer de unos cincuenta aproximadamente, el cabello con apariencia de recién levantada y con una bata sobre la ropa de dormir

- Descuide. Bu-Buenos días, no sé si el domicilio sea el correcto pero ¿Señora Lang? ¿Es usted?

SL- Efectivamente ¿En qué puedo ayudarte?

- Me llamo [nombre]. Verá, yo... Soy amiga de su hijo

SL- Ahh, ya veo. Pasa muchacha

- Muchas gracias

Cerrando tras de mí, hizo un ademán para que tomara asiento en uno de los sillones

SL- Perdona mi apariencia tan desastroza, de saber que tendría visitas me hubiese arreglado

- No se preocupe

SL- ¿Te ofrezco algo de comer o beber?

- Es muy amable pero no, perdone si le interrumpo

SL- No es nada. Así que eres amiga de Adam y tu nombre es [nombre]- asentí- Él nunca te mencionó, aunque no me sorprende, muy rara vez conversaba sobre sus amistades. En fin ¿Qué se te ofrece?- mientras pronunciaba lo anterior, se sirvió una taza de café, acto seguido adoptó lugar en en una silla frente a mí

- Bueno, vine a verlo. Últimamente ha faltado a clases así que quise asegurarme de que nada le haya sucedido por...- la señora Lang me miró desconcertada

SL- ¿Estás hablando en serio?

- No comprendo

SL- ¿Es que no te enteraste? Perdón hija, por ahí hubiera empezado de conocer que no te llegó la debastadora noticia

- ¿Cuál noticia? ¿Qué está ocurriendo?- pregunté algo exaltada

SL- No sé si sea el momento adecuado pero... Mi hijo, mi Adam...- repentinamente sus ojos se llenaron de lágrimas- Pobre de mi niño, aún era muy joven, no merecía acabar de esa forma tan absurda, no merecía morir como lo hizo si tenía un futuro por delante

Mis párpados se abrieron a la par y en mi garganta se formó un nudo ¿Había escuchado mal? ¿Mis oídos me engañaban?

- ¿C-Cómo?

SL- En un accidente de tránsito. Huesos rotos, hemorragias internas... Los médicos hicieron de todo para que se recuperara de aparatoso incidente, pero al final fue demasiado para su organismo que no lo soportó y... Querida, disculpa que te lo diga de esta manera tan dura

Al igual que ella, mi vista se tornó borrosa y húmeda hasta que las diminutas gotas saladas rodaron por mis mejillas ¿Adam... Muerto? Estaba en shock, en un estado de absoluta negación ante mis corazonadas concretadas.

SL- Pero por más que se recuerde y se llore, ya no se puede hacer nada al respecto, ahora está en un lugar mejor y sin sufrimiento- limpió sus lágrimas robando una fuerte bocanada de aire, por mi parte permanecí con la mirada perdida y sin que mi llanto parara de fluir- [nombre] ¿Te encuentras bien?

- S-S-Sí, es sólo que... La-Lamento la molestia, con su permiso

Dejándola consternada me retiré, habían tantas preguntas por formular pero por el enorme impacto me limité a abordar el cómo, el cuándo, el dónde, el por qué... ¿Así de sencillo se podía extinguir una vida humana? Era imposible caer en cuenta de una cruel realidad.

El camino de retorno se me hizo eterno por mis pies que se movían más despacio que un caracol y pesaban, sin contar que mi cuerpo tambaleaba

- *No, tiene que ser un mal chiste, no podemos estar hablando del mismo Adam. Él no... Él no...*- recargándome en el tronco del árbol más cercano, me armé de fortaleza para cesar mi llanto e intentar tranquilizarme por más que sintiera explotar.

En cuanto arribé a casa, lo primero que realicé fue el aventarme a mi lecho perdiéndome en la superficie plana sobre mí.

- Por supuesto que es mentira, el que haya desaparecido puede atribuirse a un sin fin de explicaciones más. Es una broma... Sí, sólo una broma...

Me decía a mí misma insisténtemente... Pero, en caso de ser un juego ¿Cómo podría su madre, una mujer adulta y madura, prestarse para un engaño? Mi mente buscaba todas y cada una de las posibilidades ya que el creer a primera instancia lo que la señora Lang reveló no entraba en mis opciones.
No iba a pasarla hundida en el asunto aunque por dentro así lo quisiera, así que para distraerme cogí mi material de estudio para repasar por mi cuenta lo poco aprendido... Mi cabeza era inútil, como si instantáneamente se hubiese transformado en un gran pedazo de hueso y carne hueco cuyos intentos de pensamientos se enfocaban únicamente en la supuesta partida de un ser querido... De ese mismo modo, entre que me obligaba a olvidarlo y no lo conseguía, se describieron el resto de las horas hasta el anochecer, e incluso parte de la madrugada hasta que el pensar me agotó y sumió en el sueño...


°
M- ¿Continuas con tu malestar?- preguntó mamá al amanecer y percatarse de que no me levantaba

- No, creo que me cayó pesado algo que comí, espero que para mañana me haya recuperado

M- De acuerdo, entonces me voy...

- Aguarda... Necesito hablar contigo

M- ¿Qué sucede?

- Me es complicado tratarlo pero iré al grano. Sé que mantienes contacto con la madre de Adam y también que él no te agrada... Aunque esto último no importa, la cuestión es que ¿Es cierto que él... Falleció?

M- (suspira) Así que finalmente te enteraste

¿Qué? ¿En verdad Adam...?

- ¡¿Así que ya lo sabías?! ¡¿Por qué rayos no me lo dijiste?! ¿Qué ganabas con callártelo?- grité

M- No me alces la voz ni me hables en ese tono. Es muy obvio, ya me hacía a la idea de que reaccionarías así

- ¡Él era mi amigo, tenía derecho a saberlo!

M- Cálmate por favor

- ¡¿Cómo quieres que lo haga?! Me mentiste... ¿O es que es un engaño más creado porque no lo toleras a mi lado?

M- Si lo dudas puedes ir a preguntar al hospital, ese mismo donde los internaron a tí y a tu padre, que en paz descanse

- Perfecto, eso haré. Solamente requiero de la dirección que no la recuerdo

Suspirando salió de mi recámara hacia la sala, de donde escuché revolvió los objetos acomodados en el librero. A unos cuántos segundos retornó con un papel en la mano del que me hizo entrega

M- Toma, ahi vienen los datos. Aunque sinceramente no entiendo cual es el punto y no quiero conocerlo

Sin palabras de más reanudó sus pasos a otras áreas de la casa y enseguida se marchó sin previo aviso.
En cuanto la supe lo suficientemente lejos puse manos a la obra; me di probablemente la ducha más rápida en mis diecisiete años de existencia, me vestí con lo primero que hallé en mi cajón y emprendí mi misión.

Mientras viajaba en el colectivo y al verme cada vez más cerca del sitio que resolvería mis preguntas, se incrementaba una inexplicable presión en mi pecho.
El camión se detuvo frente al hospital, descendiendo del mismo me tomé un profundo respiro previo a ingresar y ya revitalizada me abrí paso por las puertas corredizas de cristal directo hacia la recepción

O- Buenos días ¿En que puedo ayudarle?

- Me gustaría me diera información acerca de uno de sus pacientes

O- ¿Cómo se llama la persona que busca?

- Lang, Adam Lang- tecleó en la computadora

O- Sí, tenemos registro. ¿Eres algún familiar suyo?

- N-No... Sólo una amiga

O- En ese caso me vas a disculpar pero no me es posible proveerte de dato alguno, únicamente el personal parientes tienen acceso

- Pero es algo urgente...

O- No puedo hacer nada, es mi deber mantener confidencialidad

Arrastrando los pies por el fracaso fui a sentarme a la sala de espera. No iba a cruzarme de brazos, debía hallar una manera de corroborar que los adultos no me estaban metiendo en una jugarreta montada para fastidiarnos la vida o que el propio Adam inventó por razones que desconocía.

Había escasa gente en el hospital que juraría era la única en ese espacio, enseguida vi que la encargada de recepción salió de su puesto dirigiéndose al elevador, en cuanto se metió al mismo...

- *Su puesto quedó descuidado y nadie me observa. Es una locura pero tengo que arriesgarme*

Sigilosamente y vigilando a mi alrededor para no ser descubierta, me introduje al mostrador y ahí al cuarto tras el mismo que donde guardaban los expedientes de cada uno de los pacientes tenidos.
Sin encender la luz para no llamar la atención y alumbrándome con el débil resplandor de la pantalla de mi celular revisé las repisas con los archivos

- L... L... L... ¡L! Ahora La...La... Lan...Lan... La... Lang...- parando en el apellido anhelado extraje un folder y lo abrí; en la portada se visualizaba una foto del implicado y datos básicos como nombre completo, fecha de nacimiento, edad, etc. Estuve tentada en leerlo de inmediato pero si me encontraban violando una habitación y archivos privados me vería en problemas- No soy una ladrona, pero no hay otra opción- escondiendo los documentos entre mi pantalón y la camisa di inicio a una carrera para huir, no sin antes subirme la capucha de mi sudadera para cubrir una parte de mi rostro y que de esa manera la señorita que me atendió no me reconociera.
Era más que obvio que el personal del hospital me vería saliendo de ese cuarto así que antes de que tuvieran tiempo de llamar a seguridad, moví mis piernas a máxima velocidad hasta la parada y pegué un brinco en el primer camión que arribó; quizá esa fue la maniobra más atrevida jamás ejecutada por mi.

Ansiosa por lo que fuesen a dictar esas letras impresas en el papel, reinicié mi carrera de donde bajé del transporte a casa. Adentrándome y sin más aventé mis llaves y me deshice de la sudadera arrojándola de igual forma

- Es ahora o nunca, acabemos con esto- soltando la reserva de aire en mis pulmones proseguí a leer la segunda hoja. Al principio venían palabras características del lenguaje médico y que en absoluto entendía, y así se desenvolvió el resto de la página según el chequeo visual express que le di. Haciendo caso omiso pasé a la tercera y última hoja:

Motivo de emergencia: Accidente de tránsito
Se presentaron múltiples fracturas, contusiones y hemorragias.

Ingreso a quirófano: 11:48 pm

Fecha de desceso: 8 de Julio del XXXX. 00:06 am

Los documentos resbalaron de mis manos y quedé boquiabierta, congelada, con una sensación de mil puñaladas

- No, esto no puede ser verdad...

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