19 de octubre de 2015

THE GHOST IN MY ROOM- CAPÍTULO 11

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El fin de semana vino, me levanté un poco más tarde que de costumbre luego de haberla pasado con Adam hasta el momento en que mamá despertó. Aún cansada por el desvelo tuve que activarme, tanto para disimular como para llevar a cabo las labores domésticas que me correspondían, para fortuna mía y ya que el periodo escolar más pesado concluyó, al tener un breve receso de actividades podía aprovechar los dos días de descanso para reponerme

M- [nombre]...

- Mande- el que me dirigiera la palabra espontáneamente fue motivo de sorpresa y de que brillara la esperanza para conversar y restaurar la relación madre-hija...

M- Sólo quería avisarte que mañana saldré del país por negocios, regresaré la próxima semana

- Ah... Que bien- dije sin entusiasmo alguno y reanudando la ingesta de mi desayuno. Poniendo punto final a la charla más larga en días, se hizo de su portafolios y se dirigió a la entrada- Mamá, hay algo que me gustaría hablar contigo

M- Será cuando vuelva del viaje, mi jornada de hoy se extenderá hasta mañana y cuanto se asome el sol me iré, vendré después por mi maleta

- Oh, está bien

Y sin despedirse desapareció. Con mis niveles de hartazgo incrementando por su indeferencia, retorné a la mesa para terminar con el contenido de mi plato. Con el estómago lleno y tiempo de sobra, me propuse ejecutar de inmediato mi aseo personal y el de la casa para así tener el resto de la tarde dedicada a mis hobbies.
Usualmente el transcurso de limpieza era menos pesado y se amenizaba gracias a la compañía de Adam, pero con el pasar de las horas no dio señales de presencia planteándome que tenía asuntos más prioritarios que atender, o simplemente había llegado ese punto de cada mes en que se daba a la fuga; él bien expuso que próximamente me mostraría el motivo atribuido a esa circunstancia, sin embargo todavía no lo realizaba aún cuando fuera el momento exacto para ello, pero tal a mi juramento no le presioné para que se sintiera cómodo y seguro de hacerlo.

Por alrededor de las dos de la tarde y ya que estuve disponible para mí misma, me tumbé en el sillón de la sala, encendí la tele y el reproductor de dvd para mirar un par de películas al son de una bolsa de palomitas y una bebida gasificada para mejorar la experiencia.
Mínimos instantes se requirieron para que el golpeteo en la puerta principal modificara mis planes, así que dejando las botanas sobre la mesa y pausando el video, utilicé la mirilla para identificar a la persona solicitante; se trataba de un joven mensajero con un sobre pequeño en la mano por lo que proseguí a abrir

J- Buenas tardes ¿La casa de la señora [nombre]?- a lo que asentí- Hay una entrega para ella

- Lo siento, no se encuentra

J- Eso lo sé, vengo de parte de su empresa, me mandaron a dejarle los boletos de su viaje directo a su hogar

- *Así que ese viaje sí es real* En ese caso los recibiré, soy su hija. En cuanto vuelva se los doy. ¿Hay que firmar alguna forma?

J- No es necesario, sólo daré aviso a mis superiores de que fueron entregados exitosamente. Hasta luego, pasa buen día

- Gracias, igualmente.- nada faltó para cerrar cuando entró la incertidumbre en mí y me vi en la obligación de apaciguarla- ¡Espere!- le grité al muchacho, quien al escucharme se devolvió- Si no lo malinterpreté ¿Usted trabaja en la misma empresa que mi madre?

J- Así es

- Y ¿De casualidad la conoce? Me refiero a que si la ha tratado

J- Se podría decir que sí, soy el mensajero de su planta así que constantemente nos encontramos

- Ya veo... ¿Me permitiría hacerle unas preguntas? No le quitaré mucho tiempo

Echó un vistazo a su reloj y asintió

J- Es hora en que el tráfico se intensifica, esa será mi excusa

- Gracias. Adelante

Ya los dos adentro nos ubicamos en la misma zona en la que desarrollaba mi entretenimiento

- Así que...

J- Jeremy, llámame Jeremy... Y no hay porque ser formales, háblame de tú

- Está bien; a mí [nombre]- estrechamos manos

J- Ahora sí, pregunta lo que gustes

- Bien. De casualidad ¿Has notado algún comportamiento extraño proveniente de ella? Cualquier cosa que sea inusual o que en el pasado no manifestaba

J- Mmm, veamos...- se puso pensativo- Ya recuerdo. Antes era, a criterio de mi jefe, de los empleados más eficientes y comprometidos que había tenido en años, pero desde hace unos meses es como si su mente estuviera en otro mundo. Lo que se le pide lo reporta fuera de plazo, se distrae con suma facilidad, también está de mal humor o decaída. Quizás eso sea un tanto personal, pero apuesto que se debe al fallecimiento de su esposo, justamente en esa época fue que cambió

- *Mis sospechas no son erradas*

J- Y lo que más resalta: suele llegar más temprano de lo indicado y se va muchísimo después de que la jornada termina. Incluso, aunque ya no haya nada que hacer ahí,  prefiere quedarse en su puesto hasta la madrugada o pasar noches enteras en su oficina, como si evitara a toda costa volver a casa y por ende a la realidad, como si el abandonar su despacho reavivara las imágenes de doloroso deceso.

- Ya veo...

J- Tú como su familiar más cercano deberías charlar con ella sobre esto; es más que claro que necesita ayuda, necesita de ti para superar su racha depresiva. Nosotros como sus compañeros procuramos apoyarla pero son oportunidades fallidas

- Y es que lo intento, día tras día insisto pero siempre sale con un "Estoy ocupada", "No tengo tiempo" o "Será más adelante". Es como si estuviera conciente de la situación pero se resistiera a combatirla

J- En esos casos, lo más conveniente es lidiar con su estado a base de otros métodos

- ¿Como cuáles?

J- No lo sé... Tal vez que se vea envuelta en una nueva circunstancia que le haga enfocarse en el presente y olvidarse de lo que le atormenta

- Puede tengas razón... ¿Cualquier cosa, por más buena o mala que sea?

J- (asiente) Sólo sin sobrepasarse o incrementará su estrés

- Lo entiendo... Aunque como segunda alternativa ¿Puedo pedirte un favor?

J- El que gustes

- Sé que nos acabamos de conocer escasos minutos, pero con eso he de notar que también te preocupas por el estado de mi madre así que ¿La vigilarías por mí? En realidad no sólo tú, todos los que se involucren a diario con ella; a veces siento que no puedo sola con esto y temo que llegue a cometer alguna locura si empeora por lo que me facilitarían si me apoyan mientras esté en el trabajo

J- ¿Algo así como darle ánimos?

- Sí, yo lo haría cuando vuelva y los fines de semana que tenga libres, no es muy equitativo pero no se me ocurre nada más.
Disculpa que te enrede en esto sin saber tu opinión más a fondo, no es tu obligación y aparte de que me estoy tomando un exceso de confianza contigo, ya te envolví en mis conflictos familiares

J- Descuida, para mi un honor ayudar y más porque la aprecio. Fue de las personas que me respaldaron cuando recién ingresé a la empresa, es mi turno de retribuírselo

- Mil gracias- dije un tanto aliviada. Para no perder contacto y mantenernos informados del progreso de nuestro plan en cubierto intercambiamos números. Tras una despedida y más agradecimiento, Jeremy se marchó antes de que lo reprendieran por faltar a su puesto.

Reiniciando mi función de cine me mantuve al margen de lo que sucedía dentro de la pantalla... Pero mis pensamientos viajaban a una parte desconocida, todos referentes al comportamiento de mi madre que creía sólo exponerse ante mí y a la muy breve plática con un nuevo aliado

- Pero que tonta soy. Si a mí, que soy su hija, no me escucha ¿Por qué considerar que lo haría con simples compañeros suyos?

Atascada en ese dilema y sin poder concentrarme al cien en eso que ansiaba por desarrollar, apagué el dvd y el televisor para establecerme en mi recámara, la cual ordené para desenfocar a mi mente de las ideas que rondaban... Pese a ello fue imposible desechar lo que había acaparado mi completa atención y rendimiento

"Tal vez que se vea envuelta en una nueva circunstancia que le haga enfocarse en el presente y olvidarse de lo que le atormenta"

"Si no te sientes confortable ¿Por qué no te mudas?"

Esos dos fragmentos de con Jeremy y Adam también se aferraban a mi, otorgándome una pequeña clave para su recuperación, aunque...

- ¿Será lo correcto? Hasta cierto punto ha de funcionar pero...

Una de las decisiones personalmente más duras que a la fecha me había tocado seleccionar, ya no tanto el mudarme, si no el que cabiera posibilidad de dejarla a su suerte...


°
Dando vueltas en la cama y sin adoptar una posición que me acomodara fue como se desenvolvió mi noche, junto con las cientos de voces dentro de mi cabeza que me decían que hacer y que no callaban ni una fracción de segundo para permitirme procesar los hechos

- Ya está ¡Es suficiente! Sé que quizás me vaya a arrepentir y sea precipitado, pero los argumentos de Adam y Jeremy cobran sentido, no continuaré lidiando con esta exasperación si a ella no le nace cooperar

Irritada por la falta de sueño y por la presión extenuante con la que tenía que cargar a corto periodo de vida, aspiré una considerable cantidad de aire para anunciar de una vez por todas mi elección

- Adam ¿Estás aquí?- pero no respondió. Traté una segunda y tercera pero fue el mismo resultado- De acuerdo. En caso de que me escuches he de decirte que sí, acepto tu oferta de moverme a donde sea que tengas preparado

Más que claro que no aparecería justo cuando más requería de él. Aguardando a que mi petición fuese milagrosamente alcanzada, sacudí la pereza y afiné mi rumbo hacia la cocina para saquear el refrigerador; siempre las madrugadas en las que no conciliaba el sueño me provocaban un apetito más exigente que de costumbre.
Con los aperitivos listos para ser consumidos y en mis manos me traspasé de nueva cuenta a mi alcoba... Pasmándome al ver la fotografía de Adam pegada en el espejo ¿Cómo había llegado ahí? Seguramente fue obra del chico en la imagen como en aquellos días destinados a conocernos que buscaba atraer mi atención a toda costa. Tomándola para recolocarla en el portarretratos que le asigné, la giré y distinguí algo escrito en su reverso con letra muy pequeña como para leerse fácilmente, así que entre cerré los ojos y la acerqué para esclarecer mi visión

'De acuerdo, si no hay nada que te detenga, te veo en el cruce principal a media noche'

La respuesta anhelada había sido sentenciada por quien lo prometió. Además de brindarme un respiro, también formó un hueco en mi estómago; todavía no me convencía de que fuera lo apropiado, pero si con eso el panorama se despejaba, el retractarse a correr riesgos y empezar de cero no era una opción...

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