THE GHOST IN MY ROOM- CAPÍTULO 11.5

Con una mezcla de ansiedad y nerviosismo desbordándose, puse manos a la obra a los preparativos que marcarían el inicio de mi odisea. Desenpolvando dos de mis antiguas mochilas, llené el interior de una de ellas con gran parte de mi ropa, algunos pares de zapatos, cobijas y objetos personales; la otra fue ocupada para contener alimentos enlatados y empaquetados que tomé de la alacena y acompleté con unas compras improvisadas, eso como prevención puesto que no poseía conocimiento sobre el sitio que se transformaría en mi estancia y si en él se contaban con recursos de supervivencia. Igualmente alisté una chamarra en la que guardé el cargador de mi móvil y una cartera con todos mis ahorros, que si bien no eran muchos, para algo habrían de servirme.

Ya que sobraba un largo rato para que me reuniera con Adam, revisé entre los documentos de mamá para sustraer los papeles fundamentales que me pertenecían, después de todo los necesitaría para conseguir empleo pues no dependería de alguien difunto ni esperaría a que por milagro se solventaran los gastos que empezarían a surgir. El independizarse sonaba duro por sí mismo, aún no salía de casa y ya me ocasionaba jaqueca el pensar en las cosas de las que tendría que encargarme, sin embargo y con todo y las complicaciones que se aproximarían me mantuve firme en lo que escogí... O casi por completo.

- No sé en qué me estoy metiendo, pero si con esto logro que mamá se quite la venda me daré por bien servida. Espero que el sacrificio valga la pena

Para no levantar sospechas en caso de que ella regresara antes por su equipaje, oculté el mío en mi armario y procuré acomodar los componentes restantes de la despensa al frente para disimular lo faltante.

El tiempo se hizo eterno, como si no quisiera que llegara el momento D, tal era la lentitud con la que sentía su transcurrir que no podía estarme quieta al grado en que pasé varios minutos recorriendo de aquí a allá los espacios que conformaban ese humilde apartamento que no sería más mi hogar.
Exhalando constantemente para relajarme, detuve mi marcha en uno de los muros de la sala, justamente en donde se hallaba colgado el cuadro de mi padre, el cual miré con nostalgia

- (suspiro) Apuesto a que estás decepcionado de mis actos y no lo apruebas... Estoy desesperada, tienes que comprender que lo hago con una finalidad. Podrá no ser lo correcto, pero en cuanto sepas mis razones espero contar con tu apoyo donde quiera que estés.

Pasando una mano delicadamente por la imagen me aparté de ahí.
Para reducir mis niveles de ansiedad fui a dar un paseo por los alrededores; la zona tan pacífica y silenciosa era capaz de apaciguar todo tipo de preocupación por mínima o grande que fuese. Mientras el ambiente tan tranquilo hacía lo suyo, me ocupé de una última tarea


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De [nombre]. Recibido 4:23 pm

Hola.
Lamento interrumpirte (de nuevo), únicamente quería 
avisarte sobre una repentina cancelación de nuestro 
acuerdo. Por ahora no puedo darte explicaciones pero 
lo haré después.
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De Jeremy. Recibido 4:30 pm

Perdona no contestar antes, estaba a mitad de una 
entrega.
Eso no suena bien ¿Sucedió algo como para cambiar 
de opinión?
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De [nombre]. Recibido 4:33 pm

Opté por realizarlo por mi propia cuenta y acorde a 
tu sugerencia. En serio, posteriormente te lo diré con
detalle que ahora va contra mi propósito.
Tendré mi celular apagado por unos días, yo te 
mensajearé para ponerme al corriente con lo que hayas 
obtenido.
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De Jeremy. Recibido 4:35 pm

¿Qué es lo que estás planeando? Espero no sea grave 
o una locura, te doy mi palabra de que no le diré nada 
a tu madre.
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Para que evitar que el interrogatorio se ampliara, llevé a cabo lo indicado en  uno de mis mensajes y extraje la pila de mi teléfono para que, en caso de sacar sus propias conclusiones, no pudieran dar conmigo hasta que me lo propusiera o algo de suma emergencia lo ameritara...

° Luego de una tarde en que me sumí en mi subconsciente por cientos de cuestionamientos que me contesté uno por uno, el cielo sobre nosotros adquirió un color negro con ligeras pinceladas en azul; la noche se había asentado y con ello la espera y el martirio estaban por terminar.

Para las once, el ruido de las llaves de mamá me puso alerta, fingiendo que todo marchaba como en un día ordinario fui a recibirla

- Buenas noches... ¿Y-Ya te vas?

M- Sí, solamente arreglo mi equipaje. Por cierto, supe que ayer vinieron a dejar el ticket del viaje

- Ah, sí, lo puse en el buró de tu cuarto- - dije con gesto forzado en mi rostro, lo cual provocó que mamá me mirara por un breve instante extrañada y como si supiera que haría algún movimiento; el disimular en esos aspectos nunca había sido mi fuerte. Ignorándome pasó a su alcoba y se encerró. Con el correr de cierres, cajones accionándose y ganchos descolgándose la deduje lo suficientemente ocupada para ejecutar lo mío, así que saqué las mochilas de mi closet, me puse de vuelta la chamarra y esperé sentada en mi cama el momento adecuado para escapar.

Golpeando el piso con el zapato para controlarme, pronto dieron las once y cuarenta y cinco; era hora de partir

- Allí vamos- exhalando pesadamente, me colgué mi equipaje y con pasos cautelosos caminé hasta la entrada, sin encender la luz usé mi réplica de llaves para abrir y salir sin dejar rastro... Pero la oscuridad y un pulso alterado y tembloroso ocasionaron que las piezas metálicas resbalaran de mis manos- *¡Maldición!*- velozmente las levanté y conseguí quitar el seguro... Aunque pronto mamá se incorporó a mí prendiendo uno de los focos y atrapándome en pleno acto

M- [nombre] ¿Se puede saber a dónde vas con eso a estás horas?

La miré seriamente y solté un suspiro

- *No hay más opción, tengo que enfrentarla* M-Me voy...

M- ¿Cómo que te vas?

- Lo que escuchaste, me marcho, dejo de vivir en este techo y por ende bajo tu tutela

M- ¿De qué estás hablando?

- ¿Tan complejo es lo que digo? Me cansé de estar aquí, contigo, con una madre a la que le doy lo mismo así que en este preciso momento haré mi propio destino

M- A ver jovencita, quiero que me expliques que rayos pasa por tu cabeza y de dónde sacas eso de que no me importas

- ¡Por favor! Desde que murió papá no piensas en nadie más que en ti ¿Y dónde quedo yo? Claro, en el olvido. Estás tan ocupada martirizándote con recuerdos, que te descuidas de tu hija y aparte la engañas. ¿Que no llegas a casa por trabajo? Mejor acepta que no lo haces por lamentarte y por creer que yo, alguien que experimentó lo mismo que tú, es un estorbo y no sabe cómo ayudarte

M- Es mentira ¿Quién te lo dijo?

- No interesa, lo que sí es que...- callé para tomar valor y tragar saliva para seguir- Me das lástima, que una mujer adulta como tú prefiera matarse internamente en vez de compartir su dolor y tratar con indiferencia a su propia sangre a afrontarlo

M- [nombre]... Querida...- mis palabras empezaban a hacer efecto- Yo... No lo sabía...

- Y como vas a saberlo si te privas en tu mundo. No tienes idea de cuan basura me hacías sentir al no creerme cuando te comentaba algo, al mandarme a un segundo plano, al no estar ahí cuando te necesitaba... Esas atenciones que me diste cuando salí del hospital ya las entiendo, sólo fueron una fachada por pena hacia mí.
Si tan sólo mi padre siguiera aquí todo sería distinto porque... A veces no imaginas cuanto desearía que tú fueras quien yace en esa tumba

La rabia había tomado control de mí y no medí lo que brotaba de mi boca, cosa que enfureció a mamá manifestándolo con una bofetada. Sorprendida llevé una mano a la zona del impacto

M- ¡Ya basta! Te exijo que me respetes. Quien no sabe absolutamente nada eres tú, no has estado en mis zapatos ni has sentido lo que yo desde que tu padre se fue, así que no tienes derecho a juzgarme

- Se te olvida que también estuve ahí cuando murió y por ende sufrí su dolorosa pérdida, sin embargo me propuse superarlo como honra a su nombre e imagen... Es más, no sé ni porque te estoy dando explicaciones, simplemente habría de largarme ya y ahorrarme tanto drama

M- Eso sí que no te lo permitiré, estás en mi casa y en mis reglas y menos te irás ahora que me hablaste en ese tono prepotente

- No te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando que desde hoy me mudaré con Adam

M- Y seguimos con lo mismo ¿Es que no comprendes? ¡Eso es demencia, ese niño está muerto!

- ¡Ya lo sé! Ya sé que falleció en el mismo accidente que mi viejo, sin embargo y aún cuando ya no exista físicamente, él me ha procurado y me ha entregado el cariño que tú no has sabido darme, y también sé que a su lado seré más feliz que contigo y la farsa de familia que te forjaste

Respiré profundo e intenté calmarme para decretar el cierre de mi discurso

- Agradezco lo que has hecho por mí pero ya no te "preocupes" más, no te causaré más molestias puesto que no pienso regresar. Yo seguiré con mi vida ideal mientras tú continúas pudriéndote en tu soledad y miseria emocional

Poniendo punto final crucé la puerta y cerré azotando la misma, para antes de que me alcanzara (si es que pretendía retenerme) eché a andar lo más rápido que mis pies me lo permitían debido al peso extra que cargaba hasta alejarme lo más posible del edificio. Algo cansada y para reposar unos segundos me senté en la banqueta; inexplicablemente mis ojos se inundaron de lágrimas, eso como reflejo de lo mal que me sentía por lo acontecido y aunque fuera asfixiante no miré hacia atrás.
Ya desahogada y lista apreté el paso a la avenida destinada y por ende al cruce especificado en la nota, afinando la vista por la oscuridad que reinaba y entorpecía pude encontrar a al otro lado de la calle a Adam, cersiorándome de que no se avecinara algún automóvil me traspasé a su sitio

- Perdona si tardé

A- Unos minutos extra de espera no hacen mal a nadie... ¿Pero estás bien?- preguntó mientras que con uno de sus dedos remarcaba el pequeño sendero formado por las lágrimas

- Ah, sí, no es nada... ¿Nos vamos?

Asintió, amablemente cargó una de las mochilas para mi comodidad y se adentró por uno de los tantos caminos en la avenida siendo seguido por mí. A cada paso dado, la vía se tornaba cada vez más desconocida y con apariencia de uno de aquellos barrios de fama deplorable, induciéndome al miedo de que algún maleante de repente nos saltara de sorpresa

A- Tranquila, no hay de que temer, parecerá una zona peligrosa pero no lo es, te lo aseguro

- S-Si tú lo dices... ¿Por esto es que me evitabas?- le cuestioné cuando, dejando en el pasado un rato la tristeza, noté que su silueta se veía levemente distorsionada, opaca y hasta cierto punto con una transparencia, como si en cualquier momento fuese a desvanecerse

A- Efectivamente, no iba a ser muy normal tener esta apariencia si se suponía que en esos ayeres era una persona "normal"... Aunque todavía no comprendo el efecto que la luna hace recaer en mí, únicamente sucede cuando ésta completa su circunferencia y se baña en el blanco más puro

Con explicaciones al respecto que fueron expuestas y unas cuadras más recorridas, pronto Adam se frenó al pie de un edificio de exterior descuidado

A- Bien, henos en tu nuevo hogar

- ¿E-Es aquí?- pregunté... Ciertamente disgustada

A- Oh vamos, por dentro no está tan mal ¿O es que preferirías quedarte en la vía píblica?

- ... Touché. No puedo quejarme luego de que me estás ayudando

A- (sonríe) Espera un poco... - forcejeando contra la chapa, al cabo de un rato consiguió abrir- Listo, adelante

Ingresando al recinto, la puerta se cerró a la par detrás de mí; el espacio se hallaba en penumbras y se captaba un olor a madera y solvente. Al sonido de un chasquido las luces se prendieron revelando un taller adentro de una cochera

A- Era de mi padre- contestó a una cuestión que recién iba a ser formulada- Él se dedicaba a la carpintería, para no causar disturbio en casa optó por adquirirlo para ejercer sin problemas.
En la parte superior hay un cuarto adaptado con los elementos necesarios para que sea habitable

Yendo escaleras arriba, me mostró la superficie mencionada; a simple vista tenía el tamaño de un dormitorio regular, un reducido baño completo, una estufa de mesa, una nevera pequeña y una cama individual, así como una serie de objetos y muebles varios

A- En la siguiente planta hay una bodega con algunas cosas que podrían servirte. Lo ideal es que por ahora descanses y al amanecer le eches un vistazo para remodelar a tu antojo

- Está bien... Aunque ¿Y tú dónde reposarás?

A- No lo necesito, la cama es toda tuya. Estaré abajo con ésto y aquéllo en lo que la luna se oculta. Cuando despiertes te daré una mano para que estas cuatro paredes queden acorde a tus expectativas

Con las órdenes claras, acomodé mis maletas en un rincón y me instalé en ese lecho, que aunque viejo y lastimoso por el colchón gastado, me sería útil y entregaría cobijo.
Trasladándose a los escalones para descender...

- Adam...

A- Mande

- ... Muchas gracias, en verdad no sé que haría sin tí

A- No me agradezcas. Duerme bien

Con mi privacidad, le regalé mis fuerzas a Morfeo. ¿Qué me depararía de ahora en adelante? Ni siquiera yo, por las prisas y pensar con la cabeza fría, preví el lío en el que me estaba estancando...